jueves, 3 de enero de 2019

EL CIRCO POLÍTICO






EL CIRCO POLÍTICO.

Forcejea la coalición Cs y PP, en Andalucía, contra Vox. Mientras que Cs hace de malo contra Vox, el PP ensaya el abrazo del oso con los de Abascal. La coalición trata de expulsar del juego político al nuevo partido sin entender que son ellos los que se están marginando con esa actitud. Es imposible marginar a Vox. Una corriente de carácter democrático, o mejor, una tendencia política que fundamenta la Constitución del 78 en la nación española será pronto dominante en España. 

Cs contribuyó de modo decisivo a hacer crecer esa corriente, pero ha cedido el protagonismo a Vox. No es el momento de criticar por qué los de Rivera han abandonado ese rol en la reconstrucción de la nación española, pero el hecho está ahí. Parece que tienen miedo a llenar de política, o sea, de nación, su reivindicación de España. En cualquier caso, creo que la coalición de Cs y PP pierde el tiempo y, seguramente, miles de votos con esa hosca actitud ante Vox

La aparición de Vox en el Parlamento de Andalucía es el hecho más importante de la política española de los últimos tiempos. Este partido no es un efecto de una crisis sino la causa para una reconstrucción de la nación. Vox es la voz de alerta de los españoles. Juega en las tres grandes pistas del circo de la política española

La primera está a la vista de todos: Sánchez está de vacaciones y se niega a convocar elecciones generales no sólo por motivos personales, sino porque sus protectores se lo impiden; le da exactamente igual que se arruinen la nación, su partido y la economía, porque él está en la Moncloa para proteger a los separatistas, antisistema, y, por supuesto, para agotar la legislatura.

 En la misma pista hallamos a Casado y a Rivera, líderes en alza, sin duda alguna, por la situación de deterioro general del Gobierno, pero que son incapaces de hacer convocar elecciones a Sánchez. Al lado de ellos, pero por méritos propios, o sea, por su tesón y constancia, ya nadie puede prescindir de Santiago Abascal; se ha convertido en la esperanza, a pesar de las imbecilidades del antieuropeísta Valls –nadie olvide que este hombre votó en contra del tratado de la unión cuando era miembro del PSF–, de millones de personas, según todas las encuestas. 

Vox, en fin, ha venido para recordarnos que los partidos separatistas, antisistema, y el PSOE, naturalmente, con el Gobierno a la cabeza, hacen cada día más difícil la convivencia democrática. Las instituciones políticas están bloqueadas y Vox ha tomado la delantera para exigir elecciones generales. 

La segunda pista está dominada por el "golpe de Estado, blando y por etapas", de los separatistas y antisistema catalanes, con la ayuda inestimable de los juegos sucios del PSC y, en los últimos tiempos, de un fracasado político francés que, a pesar de lo que digan los de Cs, tendrá costes serios para su lideresa Inés Arrimadas. El golpe, pues, sigue avanzando. Nadie es capaz de detener la capacidad de chantaje de los separatistas sobre el Gobierno de Sánchez. 

El coste para la nación española es cada vez más insufrible. Tampoco en esta pista la oposición parlamentaria tiene demasiada inteligencia e imaginación para terminar con los golpistas y, por supuesto, para forzar a Sánchez a imponer el artículo 155 sobre Cataluña. Por cierto, nadie olvide que fue Vox quien más arriesgó contra los golpistas catalanes, porque no dejó de querellarse contra ellos en los tribunales de justicia. 

La tercera pista del circo tiene buena iluminación, pero hay una zona con más claros que oscuros. Ilusiona, porque el PSOE, por fin, será desalojado del poder. La tarea de cambiar un régimen no es, sin embargo, trabajo fácil. O se hace con rapidez, mucha agilidad y diligencia, o estamos condenados a juegos entre partidos veletas. De momento, los movimientos dados por PP y Cs son lentos, prolijos y raritos. En todo caso, han dejado claro que quieren gobernar juntos. 

Mas ninguno de los dos partidos está reconociendo lo fundamental: el cambio es debido a la aparición de Vox en esta comunidad. Sí, sin el partido de Santiago Abascal, el cambio de Gobierno sería imposible. Son tres partidos políticos, en efecto, quienes desalojan del poder al PSOE, pero sin el concurso de Vox no habría coalición… Es obvio que esta tercera pista se ha convertido en un heraldo del cambio político en España. Más aún, el verdadero fenómeno democrático no es que Vox tenga 12 escaños en el parlamento de Andalucía, sino que anuncia una verdadera transformación democrática de España.

 Las encuestas, la faramalla de los periodistas de la izquierdona totalitaria y, en fin, todo ese conglomerado de lo políticamente correcto están muertos de miedo porque viene una ola de sentido común, o sea, político, para regenerar las instituciones democráticas. Lo decisivo, pues, está por venir en mayo. Es la primera vez en la historia de España que millones de ciudadanos esperan con impaciencia la fecha electoral, porque Andalucía les ha enseñado a decir, sin miedos ni complejos, España. Y, además, otros millones han descubierto un partido que, junto a Cs y PP, quizá regenere el tejido podrido de la democracia.

(Agapito Maestre/LD/3/1/2018.)
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