Pipi Estrada: "Hacienda es el organismo de delincuencia mejor organizado de este país".
Te ponen el pie en el cuello y no te dejan respirar. El sistema es muy
malo y muy criminal. Está hecho por delincuentes. Vaya estrategia para
salir adelante en un país en esta situación... Pero bueno, oye, al menos
tenemos salud.
(Rubén Arranz/VozPopuli/30/5/2021.)
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CERCO
ORWELLIANO AL PAGO EN EFECTIVO.
Esta semana, y
en mitad de la peor crisis de la historia del sector comercial, el Congreso ha
aprobado limitar a 1.000
euros los pagos en efectivo. La ministra de Hacienda, la
descalificable María Jesús Montero, ha logrado sacar adelante en el Hemiciclo
uno de sus proyectos más liberticidas y dañinos para los comerciantes. A Montero no le preocupan las
terribles consecuencias que acarreará rebajar las compras con dinero contante y
sonante desde los 2.500 euros actuales a esa cifra irrisoria. Desprecia
profundamente a sus afectados y sus circunstancias. Su único objetivo es no
dejar ni un sólo céntimo de los ciudadanos sin fiscalizar.
Los grandes
almacenes, las empresas del textil o las de electrodomésticos no dan crédito
(nunca peor dicho) ante este rejón letal para su actividad. Cuando llevan
perdidos 60.000 empleos por los cierres draconianos dictados por muchas CCAA y
todavía están sufriendo una sangría del 40% en sus ventas, no podían
encontrarse con noticia más inoportuna y funesta.
Para
el Gobierno social-comunsta, el uso del dinero en efectivo es sospechoso de
fraude
y, por tanto, debe ser sometido a cerco. La izquierda realmente
existente va a forzar a quienes menos diversidad de opciones tienen a pagar
comisiones o gastos de mantenimiento actualmente innecesarios en cuanto la
norma se publique en el BOE. Verdaderamente indignante.
La obsesión
de Hacienda por gravar y confiscar la propiedad privada coartará la libertad de los particulares,
impidiéndoles utilizar el medio de pago que consideren oportuno en
transacciones comerciales de gran importancia e inmiscuyéndose de manera
intolerable en su privacidad.
En esta persecución de la riqueza digna de
satrapías bolivarianas, el ciudadano quedará a merced de un
Gobierno que le pone permanentemente bajo sospecha. Sin embargo, la
realidad es que es precisamente del Ministerio de Hacienda del que cabe dudar
en su manera de proceder. Que la tramposa Montero haya intentado engañar a
la ciudadanía prometiendo hasta la saciedad que no elevará la fiscalidad a la
clase media y que luego suba el IVA a los refrescos, las primas a los seguros o
mande a Bruselas otra andanada de impuestos
al coche o al avión,
¿qué es sino el más vil de los fraudes?
En vez de acogotar a la ciudadanía con medidas
cada vez más impropias de una democracia liberal, lo que
debería hacer el Gobierno es ponerse coto a sí mismo en punto a nombramientos
discrecionales, rescates infames de aerolíneas chavistas, despilfarro de
recursos y endeudamiento, que ya está por encima del 125% del PIB.
(Edit.LD/30/5/2021.)