(¿Cómo es posible que estos ilustres catedráticos hayan hecho el ridículo a manos llenas en una cuestión que deberían dominar?
Una respuesta es que no se habían mirado bien lo de los límites a la solidaridad intercomunitaria. Lo que es penoso por su parte. ¿Cómo se atreven a publicar estas opiniones sin enterarse bien de lo que escriben?
Otra respuesta-y no son incompatibles- es que estos señores se han dejado influir-como tantos otros- por las opiniones de los nacionalistas catalanes. Todavía hay mucha gente, estupenda y de la otra, que tiene un respeto reverencial por los nacionalistas. Esta actitud, supuestamente exquisita, evitaría la acusación de 'centralismo', 'españolismo' y similares.
Recordemos que una persona puede ser inteligente en un aspecto pero no en otro, u otros. Yo, que he cometido y sigo cometiendo errores, evito el de estos ilustres académicos. Dado que no me fío ni un pelo de los separatistas antiespañoles, y me importa un pimiento si ellos u otros mindundis creen que soy 'españolista' o 'insuficientemente exquisito', o 'con poca sensibilidad periférica' y otras melonadas, difícilmente me la envainan. Muy fácil. Supongo que mienten como bellacos. Y luego reviso, pausadamente, por si estoy equivocado.
Pero estos ilustres académicos se pusieron estupendos y tragaron las bolas de Durán y Lérida. Da pena pero es así. Este ridículo recuerda el premio de 'español del año' que otorgó el periódico ABC al catalanista antiespañol, Jordi Pujol.
Muy inteligentes para unas cosas pero tontos del bote para otras. Eso sí, políticamente correctos. Seguramente rechazan airadamente el 'café para todos' porque piensan que 'Cataluña es más...')
¡Qué
ridículo, señores catedráticos!
Financiación
autonómica 2014-05-07
Cómo engañar a Tamames, Barea, Schwartz y compañía
Así, uno no puede sentir más que vergüenza ajena al constatar que, con tal motivo, don Ramón Tamames, don Jaime Lamo de Espinosa, don Juan Velarde, don Pedro Schwartz y don José Barea (¡José Barea!) han decidido hacer el ridículo en comandita nada menos que desde una Tercera de ABC.
Resulta que la Comunidad Valenciana encargó en su día un informe a esos ilustres académicos a propósito de cómo debieran orientarse las líneas maestras del nuevo sistema de financiación autonómica. Hasta ahí, todo correcto. Lo estupefaciente del caso llega cuando, tal como se recogía ayer en la pieza de ABC firmada por Tamames y Lamo de Espinosa, nuestros cinco laureados peritos demuestran que se han creído a pies juntillas un cuento chino inventado por CiU. Una trola del tamaño de la catedral de Burgos, por más señas. Repárese, si no, en el siguiente párrafo extractado de la tercera titulada "Por un nuevo sistema de financiación autonómica":
Debería ser el Consejo de Política Fiscal y Financiera el que fiscalizara las cuentas públicas regionales para establecer unos límites a la solidaridad intercomunitaria, situándose el tope en un nivel similar al de Alemania, en un 4 por cien del PIB de las CCAA, con transferencias netas al conjunto.
El celebérrimo embuste del 4% en Alemania, una bola más antigua que andar a pie. Un camelo para pardillos madrileños que Duran Lleida no se ha cansado de repetir en el Congreso, sin duda sabedor de la pereza crónica de tantos cráneos privilegiados de la Villa y Corte para contrastar las cifras y datos que allí se vierten. Y es que esa historia del 4% no es más que una vulgar patraña. En Alemania no existe ningún límite cuantitativo a la solidaridad financiera entre los länder de la Federación. Lo del 4% es mentira, así de simple. En fin, creo que alguien debería de ponerse colorado. ¿O no, don Ramón?
(José Garcia Domínguez/ld)
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