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lunes, 27 de octubre de 2014

FUTURO BRILLANTE. CAT











FUTURO BRILLANTE. CAT


La frase.

"La concatenación de las consecuencias de la secesión llevarían Cataluña al colapso económico. La crisis económica se convertiría en una duradera gran depresión.



La supuesta independencia colocaría a Cataluña al margen de las tendencias económicas decisivas, privándola de los dos bienes más preciados en el mundo contemporáneo: estabilidad y competividad".


Ferran Brunet (Profesor de Economía de la UE de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de societat Civil Catalana.)




 LOS AROMAS DEL OASIS.

Gabriel Tortella, que también es firmante del manifiesto de ‘Libres e Iguales’, afirma que Artur Mas “es una desgracia para Cataluña y el país”. Pide al Ejecutivo central que aplique las leyes “con rigor, en el sentido de una manera estricta y literal, que es lo que hace falta”.

Dice que los “los pobres catalanes no independentistas están abandonados de la mano de Dios” y que “el Ejecutivo central tiene que darse cuenta de que se encuentran bajo la célula de un gobierno hostil, que les insulta y amenaza” y que “lo menos que puede hacer es ayudarles un poco”.

-¿Qué opina del desafío independentista del ‘president’?
-Tiene una cara bastante dura y es una desgracia para Cataluña y el país. Es de un cinismo tremendo. Ya podría gobernar como un dirigente normal, en vez de dedicarse a desafiar al Estado al que representa y gracias a cuyas leyes es presidente de la Generalitat.

-¿Tendría que dimitir?
 
-Sería un bien para todos que dimitiera. No merece estar en el puesto que está. Detrás de él hay un partido y un movimiento secesionista, de modo que si cesase le sustituiría el señor Junqueras, a quien la única virtud que le veo sobre Mas es que tiene una postura más clara. No creo que fuera ninguna mejora desde el punto de vista de los intereses nacionales. Lo que sí pediría es que el Gobierno central aplicara las leyes con rigor, en el sentido de una manera estricta y literal, que es lo que hace falta. Hace mucho tiempo que en Cataluña la ley española no se aplica y eso ha contribuido mucho a popularizar los movimientos independentistas.

-¿Cómo ve la actuación del Gobierno frente a este ataque?

-No me gusta. Reconozco que tácticamente el Ejecutivo se ha apuntado un éxito al conseguir que se aplace o se suspenda la convocatoria del referéndum no vinculante del 9 de noviembre. Estratégicamente no ha sido bueno lo que se ha puesto de relieve. Utilizan esto como una prueba más de la opresión de España. Hace mucho tiempo que por parte del Gobierno español tendría que haber habido una política más positiva. Por una parte, de rigor en la aplicación de la ley y por otra, de propaganda en Cataluña, en el buen sentido de la palabra, popularizando los puntos de vista de los españoles en su conjunto de lo que significa la Constitución en España y en Cataluña.  

Después, apoyando y haciendo sentirse a  muchísimos catalanes no independistas y que no se identifican con este Gobierno, que tienen un apoyo y una comprensión por parte del Ejecutivo de España. Los pobres catalanes no independentistas están abandonados de la mano de Dios. El Ejecutivo central tiene que darse cuenta de que se encuentran bajo la célula de un gobierno hostil, que les insulta y amenaza… y lo menos que puede hacer es ayudarles un poco. Quizás, la función más importante del manifiesto de ‘Libres e Iguales’ es precisamente el hacer sentir a los catalanes, que ahora empiezan a manifestarse, que tienen un apoyo fuera de Cataluña.

-¿Qué le parece el ‘escándalo Pujol’ era un secreto a voces?
 
-Esto lo he acogido con una risa amarga. En Cataluña se sabía, pero no se podía decir porque tenemos la ley de la mordaza Tampoco me gusta nada por muchas razones, aparte de que este hombre sea un ladrón y lo haya confesado. Creo que esto se sabía desde hace mucho tiempo y sospecho, por las coincidencias cronológicas, que estas cosas se hacen públicas en el momento en el que los movimientos secesionistas toman aire. Me parece muy triste porque tendría que haberse destapado cuando se descubrió. Al parecer, según Montoro, fue hacia el 2000. Además, en 1984, cuando se sabía perfectamente lo del asunto de Banca Catalana -gracias a lo que Pujol llegó al poder, a base de engañar a muchísimos accionistas de Banca Catalana que se quedaron sin el capital que habían puesto para financiar las campañas políticas de Pujol- fue cuando esto descubrió y en el Banco de España había pruebas.

 Pujol, muy hábilmente, hizo una reunión demagógica diciendo que el que descubrieran los chanchullos era una persecución a Cataluña y el Gobierno de Madrid se calló. A partir de ese momento Pujol se envalentonó y pensó que si esta derrota se había convertido en una victoria, era un camino de rosas lo que venía, y así fue.

-¿Y qué le parece la interpretación que hacen los nacionalistas de la historia de Cataluña?

-Es un escándalo. Precisamente, estoy preparando una clase en la Universidad de Granada sobre este tema. Es un sistema de historia selectiva en donde se destacan cosas que son mentira y se olvida lo que no conviene. Cuando comencé a estudiar historia económica Vicens Vives era el gran historiador catalán y los catalanes estaban orgullosísimos de él. Ahora, no quieren oír ni hablar de Vicens Vives porque era un catalanista moderado. Acerca de 1714-16 dijo que a los catalanes les vinieron muy bien los decretos de Nueva Planta porque acabaron con todas esas antiguallas. Manifestó que era un desescombro de antiguallas y que por fin entrábamos en una situación mucho mejor económicamente. Y además, es así porque el crecimiento económico catalán comienza con los decretos de Nueva Planta. Esto se dice en Cataluña y se suben por las paredes…

-¿Cuáles serían las consecuencias económicas de una hipotética Cataluña independiente?
 
-Todos los visos son de que sería una catástrofe de una magnitud enorme. Sería muy mala para Cataluña, pero también para España. Que Cataluña no independiente saldría de la UE es evidente. Ahora, que consiguiera ciertos tratamientos favorables en materia de comercio y un acuerdo comercial temporal es imprevisible. Los independentistas cuentan con eso. Si la UE quisiera ser benevolente y para tratar de miniminar el conflicto hiciese unos acuerdos comerciales, las consecuencias para Cataluña no serían tan graves, pero en todo caso habría un periodo de incertidumbre muy fuerte. 

Desde luego, en la UE no se podrían quedar. Eso haría unas barreras muy grandes. Para el comercio catalán traería unos años de verdadera crisis, de caída y plantearía un problema muy grave. Además, las inversiones dejarían de venir. Ya se está notando el efecto de la incertidumbre sobre las inversiones extranjeras en Cataluña, que descienden mucho más que en España. También habría un descenso de las inversiones españolas en esa comunidad autónoma. Las consecuencias para Cataluña serían inflación, paro y deslocalización de empresas. Un escenario horroroso.

-¿Y cómo ve la situación económica española?

-Es bastante compleja porque muchas cosas no dependen sólo de España, sino de la UE en su conjunto. La UE está hecha un lío. Hay una división muy fuerte entre los seguidores de Merkel, que siguen queriendo una política presupuestaria fiscal muy estricta y los que creen que esta rigidez provoca una caída de la demanda. En principio, la política de la señora Merkel no me ha parecido mal, pero que invierta en cosas útiles y avive la demanda alemana, que le va a favorecer a Alemania y a Europa en su conjunto. El problema de España es que como ha hecho los deberes bastante mal y no está en la posición de Alemania. Este último país está en la posición de la señora rica tacaña, pero España en la del libertino gastador a quien le piden que se corrija. Tenemos una situación un poco más difícil por eso. 

(La Gaceta)


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