Carlos Herrera: "Las feministas de Cataluña siguen calladas como putas".
POR LUIS BALCARCE. "Están a un minuto de decir que se lo han buscado por provocar", ha dicho en COPE.TV3' y 'La Vanguardia' silencian la agresión.
Identificado un agresor de las jóvenes de 'Barcelona con la selección'.
Los
internautas no han tardado en localizarlo gracias a los característicos
tatuajes que luce en los brazos. Es Oriol FCB es un skin ultraviolento
vinculado a los ultras del San Andrés y a la CUP del distrito de Gràcia. (La Gaceta)
(FASCISMO CATALANISTA.)
(FASCISMO CATALANISTA.)
Barcelona con la Selección:
'Las molieron a patadas y puñetazos y las arrastraron de los pelos'
Rosalina Moreno (La Gaceta)
Manel
Hernández, secretario general de la plataforma, relata en GACETA.ES
cómo fue la agresión sufrida este domingo por dos compañeras a manos de
siete violentos separatistas, cómo se encuentran las chicas, y qué
acciones van a llevar a cabo.
CATALUÑA Y SUS MISTERIOS.
La conclusión es que Cataluña es una tierra
enigmática cuyos habitantes actúan por pautas que escapan a los métodos
de interpretación del mundo del resto de los humanos. Y sí, quizá en
este aspecto merezcan un Estado propio para cultivar sus fantasías sin
que nadie les moleste con datos objetivos, verdades históricas o
llamadas a la sensatez. Al fin y al cabo, España es afortunadamente un
país de gentes libres y si una parte de su población quiere vivir en la
escasez, la insignificancia, el vandalismo en las calles, el conflicto
civil y la mediocridad, pues que lo haga.
Cuando despierten de su delirio y pidan volver a la matriz común como sucedió a finales del XVII, les acogeremos benévolos como se debe recibir siempre al hijo pródigo que regresa arrepentido tras haber sufrido las amarguras de la soledad y de la penuria. Además, quedarán tan escarmentados que no lo volverán a intentar por lo menos en otros trescientos años. ¡Qué descanso!
(Aleix Vidal Quadras/La Gaceta)
CATALUÑA Y SUS MISTERIOS.
Cataluña
es una Comunidad muy especial, de hecho es la única sociedad del mundo
que se encamina conscientemente hacia su autodestrucción. No hay otro
caso conocido de una colectividad de seres presuntamente racionales en
la que sus integrantes, unos por acción y otros por omisión, trabajen
con denuedo todos los días para empobrecerse materialmente, aislarse
internacionalmente, dividirse internamente y desembocar en el fracaso y
en la irrelevancia. Sobre todo cuando cuentan con el capital humano,
empresarial, climático, paisajístico, cultural y tecnológico para
caminar exactamente en sentido contrario, hacia un crecimiento
sostenido, un liderazgo claro en España y en Europa, un creciente
prestigio y una notoria influencia positiva sobre su entorno geográfico y
político.
Cualquier intento de entender en términos
coste-beneficio este singular fenómeno que oscila entre el masoquismo
agudo y la pulsión suicida está condenado a la frustración porque es
simplemente imposible dotarlo de un contenido inteligible. Las
explicaciones, por tanto, hay que buscarlas en el dominio de la
psicología o, mejor aún, de la psiquiatría, porque nos encontramos ante
un proceso a todas luces patológico.
Dentro de este
alarmante cuadro clínico, destacan dos notables subcasos, asimismo
incomprensibles. Se trata de las respectivas estrategias desarrolladas
por el PPC y el PSC, dos partidos en principio leales al marco
constitucional y contrarios, por tanto, a toda veleidad separatista.
Centrémonos en los socialistas catalanes porque los populares, siendo
también patéticos, por lo menos pueden alegar que lo suyo entra más en
el dominio del error en el análisis y del oportunismo que en el de la
neurosis.
Los dirigentes del PSC, que han contado
históricamente con el respaldo masivo de los estratos sociales de renta
media, media-baja y baja procedentes en primera o segunda generación de
otras partes de España, y que se beneficiaron en origen de la fusión con
el PSOE, se han dedicado a coquetear crecientemente con las tesis
nacionalistas y de forma gradual, pero continua, han ido abandonado su
identidad natal para irse travistiendo en una opción particularista.
Así, se han apuntado a la inmersión lingüística en catalán acompañada de
la eliminación del español de las esferas educativa, institucional y
pública, han promovido un nuevo Estatuto de Autonomía que rebasa por todos lados el perímetro de la Constitución,
han adoptado el lenguaje de los separatistas y una buena porción de su
discurso y de su iconografía, han defendido durante una cierta etapa el
ilegal referendo de autodeterminación y ni siquiera se han preocupado de
mantener una cierta equidistancia entre independentismo y
constitucionalismo, sino que siempre que han podido se han escorado del
lado del bando secesionista.
Baste citar dos ejemplos muy recientes de
este comportamiento esquizofrénico: las declaraciones de Meritxell Batet
afirmando enfáticamente que las competencias en educación, lengua y
cultura han de ser exclusivas de la Generalitat o la presencia en
primera línea, no está claro si con contoneo bailongo o no, nada menos
que del primer secretario, Miquel Iceta, en la manifestación de los
separatistas contra el Tribunal Constitucional para protestar por el
escandaloso hecho de que el alto intérprete de nuestra Ley Fundamental
cumpla con su obligación de anular las disposiciones del Parlamento de
Cataluña contrarias al ordenamiento vigente.
Partiendo
de la base de que el objetivo de una fuerza parlamentaria es conseguir
el máximo de representación y teniendo en cuenta que en 1999 el grupo
socialista en el Parlamento de Cataluña obtuvo 52 escaños y hoy está
reducido a 16, es obvio que su evolución hacia las posiciones
secesionistas no le ha proporcionado el éxito en las urnas.
Entonces,
¿por qué las sucesivas cúpulas del socialismo catalán desde Maragall
hasta el presente se han empeñado en dispararse tiro tras tiro en el
pie? ¿Son nacionalistas en el fondo de su corazón y les puede esa oscura pasión?
¿Han elegido sistemáticamente a comités ejecutivos de IQ medio
limitado? ¿Buscan con estas maniobras contradictorias con su espacio
natural ganarse a los votantes independentistas? Ninguna de estas
posibilidades parece plausible por absurda, contraria a la realidad o
inverosímil.
Cuando despierten de su delirio y pidan volver a la matriz común como sucedió a finales del XVII, les acogeremos benévolos como se debe recibir siempre al hijo pródigo que regresa arrepentido tras haber sufrido las amarguras de la soledad y de la penuria. Además, quedarán tan escarmentados que no lo volverán a intentar por lo menos en otros trescientos años. ¡Qué descanso!
(Aleix Vidal Quadras/La Gaceta)
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