¡OJALÁ PASÉIS HAMBRE Y FRÍO!
No nos enteramos de nada. O no nos queremos enterar, lo que todavía es peor. Lo primero supone ignorancia; lo segundo, cinismo. Vivimos como si lo que tenemos no lo fuéramos a perder nunca, como si fuera algo a lo que tenemos derecho y algún ente sobrenatural nos lo fuera a proporcionar pase lo que pase. Y no.
Comer tres veces al día no es un derecho. Tener calefacción en casa no es un derecho. Conducir en nuestro coche al trabajo no es un derecho. Poder salir al cine o a un restaurante no es un derecho. Que nuestros hijos no se mueran de una diarrea no es un derecho. Que no fallezcamos a causa de la malaria no es un derecho. Nada de esto es un derecho.
Es una conquista que hemos hecho a la pobreza. Es algo que nuestras sociedades han logrado a través de siglos de esfuerzo y que muchas otras en el mundo no han logrado. Por eso ellos son pobres y nosotros no. Usted es rico porque ha tenido la suerte de nacer aquí y no allí. No porque usted lo merezca o porque tenga derecho a lo que tiene.
(Manuel Fernández Ordóñez/LibreMercado/25/10/2024.)
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