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miércoles, 23 de octubre de 2024

SÍNTOMA DE UNA GRAVE CRISIS

 

Gobierno socialista

SÍNTOMA DE UNA GRAVE CRISIS

Ahora veamos cómo va la inmigración irregular en España

SÍNTOMA DE UNA GRAVE CRISIS

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Cientos de vecinos se han levantado contra un presunto agresor de origen magrebí que acosó a una niña agrediéndola físicamente y ofreciéndola dinero a cambio de mantener relaciones sexuales. Ante la decisión de la Justicia de ponerle en libertad, patrullas callejeras decidieron acudir a las puertas de una vivienda en la que se encontraba, dejando claro que este episodio ha sido «la gota que ha colmado el vaso» en el municipio de Almonte (Huelva.)

(LGI/11/9/2024.)

En el caso de la inmigración irregular (una invasión, por ser políticamente incorrecto), sí hay avisos. Muchos y diarios. Sería injusto generalizar y hablar de ‘los políticos’. No lo haré. Pondré el caso de la primera ministra italiana, Meloni, y la compararé con el presidente socialista español, Pedro Sánchez.

El Plan Mattei funciona: el Gobierno liderado por Giorgia Meloni logró reducir la llegada de inmigrantes ilegales a Italia en un 60% en el primer trimestre del presente año. (LGI/10/4/2024.)

Ahora veamos cómo va la inmigración irregular en España, con un gobierno socialista.

Un total de 29.031 personas migrantes han llegado a España de forma irregular entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2024. Son 12.857 más, un incremento de un 79,5%, comparado con el mismo periodo del año anterior, según el último balance del Ministerio del Interior. (1/agosto/2024)

El gobierno italiano de Meloni, considerado de ultraderecha (lo peor de lo peor) por los medios de manipulación españoles, a pesar de haber ganado unas elecciones democráticas, ha conseguido reducir la inmigración irregular en un 60% (en 2024) y el socialista Pedro Sánchez ha permitido el aumento de la inmigración irregular, en un 79’5% (en 2024). Diría lo mismo si gobernase Núñez Feijoó.

Pedro Sánchez es un peligroso incompetente y si tuviese dignidad democrática, dimitiría. No la tiene. Si la tuviera, habría bastado que su mujer, Begoña, sea investigada- por el magistrado Juan Carlos Peinado- por corrupción y tráfico de influencias, para dimitir. Sucedería en cualquier democracia decente. En España no tenemos una democracia decente. El presidente Sánchez ha dicho que piensa gobernar, aunque no tenga el apoyo del Legislativo. Es decir, gobernaría a base de decretos y sin rendir cuentas al Parlamento.

Típico de alguien que desprecia las reglas escritas, y no escritas, de las democracias. Es un autócrata sin escrúpulos. Esta es la anómala, antidemocrática y peligrosa situación que vivimos en España. Tal vez, la mayoría de los españoles (de izquierdas) no tiene suficiente madurez política para verlo. O, tal vez, su fanatismo se lo impide.

Aparte de la blandengue actuación de la oposición popular. Totalmente insuficiente en una situación de tanta gravedad. Hablando claro, Alberto, (como antes Mariano), es un sonoro fracaso de oposición.

Y vuelvo al principio. Cuando ciudadanos de a pie, se atreven a actuar violentamente contra un inmigrante irregular por su agresión física a una niña, es que están más que hartos. ¿De qué?

No son los vecinos los que tienen que tomarse la justicia por su mano, sino las fuerzas de orden. ¿Por qué no han sido más diligentes? ¿No será que el infame Marlaska pone palos en las ruedas de los policías? Un policía nacional tuvo el valor de retratar a Marlaska en público: «Nos quitan cada vez más autoridad para dársela al criminal» (OkDiario)

Encima, los políticos progresistas se atreven a insultar a estos vecinos, justamente indignados, calificándolos de ‘ultraderecha’. Merecen el más profundo de los desprecios. Igual que sus feligreses votantes.

Son políticos indignos de seguir gobernando (como su amigo, el dictador Maduro), y la oposición debería tener la vergüenza (y las agallas) de no ser tan blando con un gobierno sepultado por la corrupción, la mentira y la traición.

Cuando los vecinos se atreven a rebelarse violentamente, es que los políticos y la policía (a las órdenes del impresentable Marlasca) no defienden adecuadamente los legítimos intereses de los ciudadanos. No culpen a estos ciudadanos.

Todo esto es síntoma de algo más grave. Un gobierno que ataca la libertad, la propiedad privada, a los jueces y periodistas independientes, coloniza las instituciones, amnistía a golpistas catalanistas, rebaja penas a terroristas, corrupción hasta la cachas… Quieren una República Bananera Socialista, con apariencia democrática, y súbditos en vez de ciudadanos. La Venezuela de Europa, copiando a su amigo, el dictador Maduro.

Penúltima vileza de la secta socialista. El fiscal general del Estado (indecente como su ‘puto amo’), imputado por el Tribunal Supremo. ¡Y no dimite!

Como dice el profesor C. Martínez Gorriarán: ‘Sánchez lo ha logrado: somos un país de 50 millones de habitantes secuestrado por una familia mafiosa y obsesionado por cómo librarnos de ella’.

 

Sebastián Urbina

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