¡ES MI VIDA!
Después de la polémica del lince del año pasado, los obispos españoles lanzan una nueva campaña en defensa de la vida. Pero esta vez, en positivo. Sin comparaciones con los animales y sin descalificaciones. Una campaña propositiva y tierna, en la que un bebé aparece sujeto por dos manos, una de hombre y otra de mujer, en actitud confiada. Y con el eslogan, "¡Es mi vida!...Está en tus manos". En la parte superior el ciclo de la vida, desde el cigoto a la madre embarazada. Y en la inferior, la Jornada por la Vida del 25 de marzo y una página web de "apoyo a la vida".
La nueva campaña de comunicación tiene dos objetivos principales, según explicaba en rueda de prensa, el portavoz del episcopado, monseñor Martínez Camino. En primer lugar, "seguir dando voz a los que van a nacer para defender su derecho a la vida". Y en segundo, "ofrecer apoyo real a las mujeres gestantes que se encuentran en dificultades".
Para dar voz a los que van a nacer, la Iglesia católica va a sembrar España de carteles, vallas publicitarias y dípticos. Aunque en algunas ciudades como Madrid, ya hay algunas vallas, el pistoletazo de salida de la campaña será del de 15 al 30 de marzo.
Desde entonces, se podrán ver los anuncios en 1.300 vallas publicitarias de 37 ciudades españolas. Además, ya se han comenzado a distribuir en las diócesis un total de 6 millones de dípticos informativos y se han enviado 30.000 carteles a las parroquias y centros católicos de todo el país.
Como señalan los obispos, "los carteles muestran la vida humana en sus primeros estadios. De este modo, se subraya la presencia en el vientre materno de un nuevo ser humano cuyo derecho a la vida debe ser reconocido y tutelado".
Pero, además de dar voz a los que van a nacer, la campaña episcopal pretende ayudar a las madres embarazadas. Porque "la nueva ley del aborto además de un serio retroceso en la protección legal de la vida de los que van a nacer, supone un mayor abandono de las madres gestantes". Y quizás todavía más de los padres, a los que el texto legislativo sobre el aborto ni siquiera menciona.
De ahí que la Iglesia haga un amplio elenco de todas sus organizaciones e instituciones, que son muchas, de ayuda a las madres gestantes y de "acogida de las nuevas vidas humanas". Además, incluirá una página entera de recursos, ordenados por diócesis. Desde casas de acogida para madres en dificultades, hasta "asesoramiento ante embarazos inesperados", orientación familia, prevención del aborto, asesoría legal, apoyo psicológico o ayuda para resolver los problemas vitales más serios y profundos.
Iglesia del 'sí'
Consciente de que, en el imaginario colectivo, aparece como la institución del no, de la condena y de la excomunión, la Iglesia católica quiere cambiar de perspectiva y subrayar el lado positivo. Menos denuncia y más anuncio. Por eso, Martínez Camino subrayó una y otra vez que "la Iglesia no está contra nadie: hablamos a favor de quienes tienen derecho a nacer. El �o�es un 'no' al pecado, es decir, un 'sí' al Ser Humano".
Y es que, para Camino, "la Iglesia considera que la defensa de la vida es una misión propia suya", que revierte en beneficio social. Porque "sin conciencias bien formadas no hay convivencia social". Y de hecho, el portavoz episcopal se alegró de que la sociedad �sté de vuelta a la justicia de la defensa de la vida".
Por eso, volvió a reiterar que la ley del aborto debe ser derogada "cuanto antes y cuanto menos esté en vigencia mejor". Porque "el Estado no puede erigirse en árbitro de la vida humana y, si lo hace, deja de ser garante del bien común y su tutela queda deteriorada".
Camino quiere que la campaña por vida del episcopado llegue a todas partes, incluso cerca de las clínicas abortistas y aplaudió la manifestación del pasado domingo como "un signo de salud" de un amplísimo segmento de la sociedad. (El Mundo).
Se agradece la campaña de la Iglesia Católica, pero es un error pensar y decir, como hacen algunos, que el aborto es solo una cuestión religiosa.
ResponderEliminarEl aborto es algo que existe en la sociedad. Como tal, preocupa a sus miembros, unos lo defienden y otros abominan de él. Y siendo un problema social, preocupa a la Iglesia, que se pronuncia sobre él porque esa es su misión: dar normas de conducta a los católicos.
Pero de ahí no se puede concluir ni que quienes rechazan el aborto sean solo los católicos ni que tal rechazo se produzca siempre por motivaciones religiosas.
Hay personas que no son católicas, y que tal vez no pertenezcan a ninguna religión, pero tienen sentido común y principios éticos y también rechazan el aborto.