AGOTAMIENTO.
Pasan los días, las semanas y los meses. Todo sigue igual. Es cierto, las tormentas y aguaceros han inundado pueblos y carreteras, de forma inesperada. Bastante inesperada, salvo para los metereólogos, que ponen cara de no sorprenderse. Quiero decir, que cuando consultan lo que sucedió en el pasado, se las saben todas. Van y te dicen que es normal, que hace cuarenta y dos años sucedió lo mismo. Pero saber lo que sucederá pasado mañana, ya es otra cosa.
¡Ah! Y el volcán ese de Islandia. El innombrable. Que nos ha llenado de ceniza la terraza y los soportales. Y los aeropuertos. Pero, en el fondo, todo sigue igual. Estas novedades naturales no son verdaderas novedades porque suceden sin que podamos hacer nada. No podemos dar la culpa al pesoe o al pepé. O al que pase por ahí. O al exPresidente Bush, o su amigo Aznar.
Lo que importa es lo que podemos y debemos hacer. Y no lo hacemos. Mejor dicho, no lo hace. Tal vez por eso dicen que el Presidente Zapatero está ‘empastillado’. Ya le notaba yo la cara hinchada. Pues sí, parece que algunas cosas le afectan al ‘optimista antropológico’. No sabemos si es la crisis económica o que su santa esposa canta, a grito pelado, por los pasillos de palacio. Y el pobre ya no sabe dónde esconderse, ni qué excusa poner para huir.
Agotamiento. El 20% de paro, más o menos. O sea, más de cuatro millones seiscientos mil parados. Y un millón cuatrocientos mil sin cobertura. Y eso que Zapatero presumía de tener sábanas y mantas para cubrir las espaldas desnudas de los parados. No como el pepé, que nada le importa el sufrimiento de los trabajadores. Es la derecha sin alma.
Pasan los días, las semanas y los meses. Queda en el recuerdo el famoso debate Solbes-Pizarro. Ganó por K.O. técnico el pepero Pizarro. Sin embargo, la prensa independiente creo que dijo otras cosas. Por supuesto, favorables a Solbes. Pero mucha gente se acuerda. Solbes mintió. O no estaba enterado, lo que es terrible en un Ministro de Economía.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Hemos superado, a trancas y barrancas, los brotes verdes, los brotes rojos y los encuentros planetarios entre Obama y Zapatero. Pero la maldita realidad es tozuda. Resulta que la inacción del gobierno socialista, frente a la crisis económica, es el principal factor de riesgo. Eso dicen los expertos. Pero Don José Blanco tal vez no esté de acuerdo. Y
De ahí que los mercados hayan castigado nuestra solvencia, cada vez menos creíble. Y, en consecuencia, tenemos que pagar más intereses por nuestra escandalosa deuda. No se fían de nosotros. Pero los inversores no son delincuentes como dice el Fiscal General, Conde Pumpido. Tratan de invertir su dinero lo mejor posible. Como haría usted, o yo. ¿Por qué deberían fiarse de Zapatero?
Mientras tanto el capitán del barco, toma pastillas a escondidas de la tripulación. Y no da órdenes a los marineros, porque todo va bien. Eso dice. Pero hay nervios en cubierta. Y la gente ahorra mucho más que antes porque tiene miedo por lo que pueda pasar. Se lo piensa dos veces antes de soltar un euro. Por desgracia, la sociedad civil española es débil y poco estructurada. Apenas hay respuestas. Sólo comentarios de sofá o en la barra del bar. Lo que sí se oye son los ecos de los políticos y los gritos de los voceros mediáticos financiados para decir lo que toca.
Y los sindicatos a lo suyo. Defendiendo a Garzón y cobrando subvenciones. Lo tienen bien porque gobierna (es un decir) Zapatero. Este año les ha dado 193 millones de euros en subvenciones. Como lo oyen. Ya saben que el Presidente de Gobierno les pidió ‘cariño’ a los sindicatos, y los sindicatos se lo han dado. Con una mano. Con la otra reciben el peculio. Que sale de nuestros bolsillos y de nuestras carteras.
Se dice que incluso los ‘barones socialistas’ están nerviosos. Que critican la gestión de Zapatero. O su falta de gestión. Y temen que este sonriente e iluminado sectario (esto lo digo yo) perjudique al propio Partido. Ya no les preocupa que Zapatero se perjudique a sí mismo. Parece que está amortizado. Aunque ha puesto pegamento en su silla y no será fácil echarle.
Y si todo lo que pasa es así, no es nada extraño que el peor Presidente de la democracia española esté ‘empastillado’.
Pero no hay excusas. Fue votado, no una sino dos veces por el pueblo soberano.
‘Todo pueblo tiene los gobernantes que se merece’.
Sebastián Urbina.
Llama la atención el comentario sobre el debate Solbes-Pizarro. Si de verdad tuvo usted la percepción de que Pizarro ganó, y por K.O., y no lo sostiene como una opinión susceptible de error sino como una verdad palmaria que la prensa "independiente" (ironiza usted, si no leo mal) se esforzó en tergiversar, entiendo mejor su leit-motif sobre pueblos que merecen los gobernantes que tienen. Yo no voté a Aznar, pero ni cuando quise criticarle dije que teníamos los gobernantes que merecemos: teníamos los que la mayoría habría votado, y por algo sería.
ResponderEliminarQuien dice esa frase lo dice (no nos engañemos) en todo de riña. A menos que usted desee felicitar a los españoles por los gobernantes que eligió hace dos años (cosa que usted mismo puede aclarar), usted les está riñendo: riñe usted a los españoles por haber emitido un voto que no le gusta. Me parece muy lícito, pero ciertamente no sé dónde está el sentido democrático (entendiendo como tal la aceptación de que otros voten a quienes yo no voto, sin reñirles por ello) en esa (por otro lado manida) frase.
Lo democrático es aceptar el derecho de los demás a votar lo que quieran, no que no se pueda criticar la dirección de su voto.
ResponderEliminarY sí, la prensa 'independiente' mintió. El que vió el debate y ha observado la realidad posterior sabe quién ganó el debate. Si usted cree que ganó Solbes, allá usted. Es muy libre. En esta línea, el 25% de los españoles (una encuesta encargada por La Razón, hace unos día)cree que la situación de la economía 'es buena'. Tampoco discutiría con ellos. Pero no está prohibido que usted lo haga.
Obviamente quién ganó aquel viejo debate es cuestión de opiniones (más bien diría que de gustos). Me llamaba la atención que de sus palabras parecía desprenderse más una verdad inobjetable que una opinión (lo que probablemente se deba a una mala percepción mía).
ResponderEliminarPero sigo opinando que la frase "tenemos lo que merecemos" (en política, pero también en otros ámbitos) se dice en tono de riña hacia quienes no han hecho lo que quien la expresa deseaba. Me explico mejor: para mí existe una nítida diferencia entre la crítica a los gobiernos (que me parece saludable y tantas veces merecidísima) de la crítica a los votantes. Y considero que "Tenemos el gobierno que merecemos" no es una crítica al gobierno tanto como un tirón de orejas (un "os lo advertí") a los votantes. Y ahí es donde empiezo a ver una perversión del sentido de la crítica en democracia: reñir a los votantes es tanto como afirmar que debían haber hecho no lo que creían más oportuno, sino lo que creía más oportuno yo. Y sólo cuando lo hagan dejaré de reñirles.
Quizás de nuevo es simplemente cuestión de gustos (ahora no políticos, sino de cómo nos gusta entender la democracia).
Una mera curiosidad: ¿incluía (o habría incluido) esa frase como leit motif en las entradas de su hipotético blog durante el gobierno de José María Aznar? ¿Diría "Tenemos el gobernante que merecemos" si Rajoy fuera presidente hoy día?
Gracias anticipadas por su respuesta. Un placer debatir con usted.
Gracias por su comentario pero es pesado explicar lo obvio. Si los datos de la legislatura de Aznar fueron mejores que los de Zapatero (y así lo afirma incluso un economista catalanista como X. Sala)está claro que no voy a criticar a sus votantes.
ResponderEliminarPorque incluso yo tengo derecho a preferir una opción u otra. Como los demás. Y también yo puedo ser criticado. Lo que sucede es que algunas cosas no las discuto. Por economía. Imagino que como todo el mundo.
Efectivamente los datos de la legislatura de Aznar fueron mejores. Tampoco discuto lo obvio. No era la cuestión de mi comentario, como también creo que era obvio. Economicemos pues.
ResponderEliminarSiento haberle molestado.
ResponderEliminarNo me molestó. Un saludo cordial y gracias por su hospitalidad.
ResponderEliminarPues permitanme decirles que a mi me molesta que el pueblo se equivoque y vote mal.
ResponderEliminarEl movimiento se demuestra andando, y en estos 6 años ha quedado demostrado que con ZP vamos al desastre y que más nos valía que nuestro sabio pueblo no le hubiera votado.
¿Y tengo que callarme porque la elección fue democrática? Pues miren no. No me callo. Si alguien se porta como un asno, voy y se lo digo; más que nada para que se entere y si le queda capacidad para ello, empiece a corregir su actuación. Así que no tengo más remedio que decir, (o reñir si lo prefieren)a los votantes que espabilen un poco y la próxima vez voten cualquier cosa menos esto.
Y no me callo, porque en esa actuación y en esos votos se está jugando el futuro de mi país, el trabajo de mis compatriotas (y el mío) y el bienestar de mis hijos y nietos.Señores, con las cosas de comer no se juega.
¿Alguien cree que cuando las urnas hablan todo el mundo debe callar? Pues yo no lo creo, un error es un error lo cometa quien lo cometa, y tanto en 2004 como en 2008, el pueblo español cometió un grave error. Eso sí, fue un error democrático, pero con ello no se arregla nada. Vamos al desastre democrático, que es tan desastroso como el dictatorial.
UVA, no se calle, porque no tiene por qué hacerlo. Al menos por lo que a mí respecta: ya en mi primer comentario decía que me parece totalmente lícito optar por criticar a los votantes cuando no votaron lo mismo que uno.
ResponderEliminarPero nadie debe engañarse con respecto a las implicaciones de esa actitud, tal como se percibe por ejemplo al comienzo de su comentario ("me molesta que el pueblo se equivoque y vote mal"). Esa actitud revela una cierta posición de superioridad con respecto a los conciudadanos. Quien les censura se arroga el derecho de amonestarles por no haber votado a su gusto, e incluso (como también destila su comentario) se les acaba culpando de los problemas que asolan al país.
Es, como siempre, cuestión de opciones: yo jamás hablo así cuando los que no voto, después de haber ganado, generan situaciones que perjudican a todos. Sería tanto como culpar a esos votantes de los desmanes de aquellos a quienes votaron. Y obviamente nadie los votó para que los cometieran.
Y tampoco lo hago porque por principio no me creo superior a otros votantes.
Todo eso (y más) subyace bajo esa (para mí perversa) queja de "tenemos lo que merecemos".
Pues yo sí me creo superior a otros votantes. Winston Churchill decía que no hay mejor argumento en contra de la democracia que diez minutos de conversación con el votante medio. Y estoy absolutamente de acuerdo en eso.
ResponderEliminarMucha gente vota sin un mínimo conocimiento de las propuestas o las políticas reales de los partidos. O sin tener la más mínima idea de cómo funciona nuestro sistema democrático.
Así que yo creo que sí hay votos (y votantes) mejores que otros. Más meditados, más conscientes y más racionales (aunque puedan emitirse en sentidos diferentes).
No veo por qué decir esto es un argumento perverso. Ya está bien del espíritu de la LOGSE, del relativismo y de decir que todo vale igual. Porque no es así. Por mi trabajo, me halaga más una felicitación de alguien que sabe de qué va el asunto, que la de un borrego al que todo le parece bien. Pues lo mismo con los votos.
Y si, viendo el debate Solbes- Pizarro, alguien creyó a Solbes, seguramente fue porque no se enteró de la mitad, como los hechos han demostrado.
Creo que aquí todo el mundo entiende que cada uno vote lo que le salga de las narices.Por eso estamos en democracia. Y claro que nadie votó a Matas para que se llevara el dinero del Palma Arena. Pero las cosas claras: algo de resposabilidad tienen los votantes. En una democracia sana, no sirve eso de "Todo el mundo tiene la culpa menos yo". Empecemos a responsabilizarnos de loas consecuencias de nuestros actos.
Visto el revuelo causado por mi exhibición de superioridad al decir: 'Todo pueblo tiene el gobierno que se merece', he decidido rectificar.
ResponderEliminarAhora digo con rotundidad: 'Todo pueblo tiene el gobierno que NO se merece'.
María: "Pues yo sí me creo superior a otros votantes".
ResponderEliminarHum, a ver cómo le explicas a los que razonen como tú desde otras posiciones que están equivocados, que la "superior" eres tú, no ellos. Porque es elemental que esa actitud implica aceptar que otros se vean superiores a ti. Y a mí eso no me molestaría: simplemente me parece un callejón sin salida, un diálogo estéril.
Por otro lado, supongo que es indiscutible que no todo el mundo razona o medita igual su voto. Unos se atienen a criterios personales (y votan a un candidato que les parece tolerante antes que uno que les parece soberbio), otros se guían por criterios ideológicos (derecha frente a izquierda), otros alternan mecánicamente entre unas y otras opciones... Sigo sin ver por qué me iba a sentir superior a quien atienda a criterios diferentes a los míos (que soy producto educativo no de la LOGSE, sino del tardofranquismo).
En fin, cuestión de gustos.
Sebastián: "Todo pueblo tiene el gobierno que NO se merece". A mi juicio, ¡cuánto más acertado! Una correción preclara.
Hay un aforismo jurídico que dice: "El que es causa de la causa, es causa del mal causado"
ResponderEliminarLa causa de nuestros males es ZP.
La causa de ZP son sus votantes
En consecuencia, creo firmemente que la causa de nuestros males son los votantes de ZP.
Y conste que digo que son la causa de nuestros males, no digo que sean los culpables sino los causantes, que no es lo mismo.
El problema está en que para hacer cualquier cosa de cierta trascendencia y responsabilidad, siempre se exige una acreditación de los conocimientos necesarios para ello. Un médico, un ingeniero, un abogado... han de aprobar unos estudios y obtener un título antes de poder ejercer; y cualquier funcionario público ha de aprobar una oposición. Hasta para ejercer tareas simples como jardinero o barrendero, se exige acreditar unos conocimientos necesarios. Y eso es lo lógico.
En cambio, para votar, o sea para elegir a la persona que va a tener en sus manos la economía y el bienestar de todos los españoles ¿qué se pide?... NADA. Solo hay que inscribirse en el censo, tragarse toda la intoxicación mediática de los días previos, y ¡hale! ¡todos a votar!
¿De qué nos extrañamos?
... y antes de que se me echen encima unos cuantos por decir esto, vaya por delante que no estoy en contra de que todo el mundo vote. Estoy en contra de que la única formación e información que recibe el votante sea una propaganda mentirosa, interesada, y dirigida por expertos en la manipulación de masas.
Recuerden lo que dijo Tierno con aquella media sonrisa: los programas electorales están hechos para no cumplirlos... y no se le cayó la cara de vergüenza.
Y aquello también se consideró democrático ¿recuerdan? No todo lo democrático es bueno, ni todo lo antidemocrático es malo.
Por cierto, María, muy buena la cita de Churchil, no la conocía, y creo que es un pozo de razón.
UVA:
ResponderEliminar"En cambio, para votar, o sea para elegir a la persona que va a tener en sus manos la economía y el bienestar de todos los españoles ¿qué se pide?... NADA. Solo hay que inscribirse en el censo, tragarse toda la intoxicación mediática de los días previos, y ¡hale! ¡todos a votar!"
Sánchez Dragó creo que ha defendido algo en esa línea recientemente: restringir el voto para que sólo ciertas clases o castas puedan ejercerlo. Lo malo es cuando nos toque aceptar que no somos los seleccionados para votar...
En cuanto a evitar la intoxicación mediática, toda precaución es poca. No es riguroso, obviamente, pensar que sólo está siendo intoxicado mi vecino (que casualmente vota a ZP) mientras yo soy inmune. A poco que nos descuidemos la víctima de la intoxicación es uno mismo.
Un buen ejemplo se vio en este blog hace unas semanas. Se colgó aquí un artículo de ABC en el que el titular y los primeros párrafos criticaban al PSOE andaluz a través de la educación "afectivo-sexual" que promueve (citada en ABC de un modo al menos tendencioso, aunque eso está siempre sujeto a criterios personales; no hace falta analizar eso). "Socialismo es sexo y masturbación", decía el titular de Sebastián Urbina. Pero bastaba leer el artículo entero (sus dos últimos párrafos) y consultar la red en busca de las políticas de educación sexual promovida por otros partidos en otras comunidades o por otros organismos (OMS, Cruz Roja) para comprobar lo avieso de las intenciones informativas de ABC: en el resto de comunidades, con independencia de su signo, practican políticas de educación sexual muy similares, siguiendo (esto lo leí en madrid.org) recomendaciones de la OMS... adonde no parece que llegue el sin duda excesivo poder del PSOE andaluz. Nada más revelador, como prueba final e irrefutable, que la enérgica queja que puede leerse en hazteoir.org frente a las políticas de educación sexual que promueve el gobierno popular de la Xunta de Galicia (cuyos materiales didácticos están disponibles también en Internet).
Por el procedimiento de hurtar información (a los articulistas de ABC no les interesaba hacer todas las consultas que yo sí hice, porque el objetivo de su artículo no era criticar la educación sexual actual, sino al PSOE), ABC había tomado el pelo a sus lectores acríticos (no "a sus acríticos lectores"). De acuerdo con las teorías que se apuntan aquí sobre la diferente calidad de unos y otros votos o votantes (en la línea de las tesis de Sánchez Dragó), ¿podría considerarse poco cualificados para votar a aquellos lectores de ABC que se dejaron llevar por el artículo en cuestión?
Quede dicho con antelación que yo no los consideraría menos cualificados. Con frecuencia muchos sólo oyen y leen lo que desean oír, pero no opino que eso les haga menos aptos para votar.
Sr Anónimo: No voy a negar que la intoxicación mediática también va dirigida a mí, y no pretendo decir que yo soy más inteligente que cualquiera y a mi no me afecta.No es eso.
ResponderEliminarTampoco he pretendido decir que sean solo unos medios de comunicación los que manipulan y otros no. Yo no me fío de ninguno.
Creo que todos estamos sometidos a la misma manipulación, y que ésta viene de todas partes, lo que pasa es que unos votantes son más vulnerables que otros. Y normalmente, esa vulnerabilidad es indirectamente proporcional al nivel cultural de cada votante.
Por eso pienso que para votar, debería ser necesario acreditar un nivel tanto de información como de formación, aunque fuera mínimo.
En las últimas tres o cuatro elecciones he estado en una mesa electoral, y no se puede usted imaginar lo que se ve en estos casos. Hay gente que hasta pregunta qué papeleta tiene que meter en el sobre.
A uno que me lo pregunto, yo le conteste: ¿usted quien quiere que gane? y me dijo: Zapatero; así que le di la papeleta del PSOE... y se mosqueó conmigo: oiga que no, que esta no es, que aquí no pone Zapatero por ningún lado... y ahí andaba yo explicándole: Mire, es que no estamos en Madrid, el nombre de Zapatero solo está en las papeletas de Madrid, pero estos que yo le digo son los suyos.Si quiere que gane Zapatero meta esta papeleta.
Pues no, me miró y se fue a preguntar por otro lado, evidentemente, yo no era de fiar.
Me hubiera gustado poder seguir preguntándole: Oiga, ¿y por qué quiere usted que gane Zapatero?... supongo que la respuesta no tendría desperdicio.
¿Qué cree usted que podemos esperar mientras sigan existiendo tantos votantes como aquél?
¿Y qué podemos hacer? Pues no soy yo quien va a resolver este problema, pero opino que si por lo menos se controlara la propaganda electoral y la actuación de los medios, obligandoles a proporcionar una información honesta y lo más completa posible, algo habríamos avanzado.
Pero también opino que eso nunca lo haremos mientras los medios de comunicación estén en las manos y al servicio de los partidos políticos y los grupos de presión.
Por eso, y mientras esto no cambie, lo que yo le pediría al votante es que no se deje llevar por nadie, intente utilizar su sentido común (si lo tiene) y siga esa antigua máxima de "Por sus obras les conoceréis" para decidir quién puede constituir la opción menos mala.
Si todos lo hiciéramos así, en las próximas elecciones saldría cualquiera menos ZP. Pero créame, no me hago ilusiones...
Tiene razón: mejor que no se las haga. No tiene más que mirar hacia la Comunidad Valenciana. Allí las encuestas sobre intención de voto vaticinan que los votantes del PP mantendrán su respaldo a alguien que les ha mostrado, como mínimo, su cobardía y su capacidad de mentir (a boca llena, cuando negó conocer al recién detenido Álvaro Pérez), con lo que ello conlleva... que no sé expresar de otro modo que afirmando que Camps el electorado se lo pasa por el forro, y si hay que mentirle se le miente.
ResponderEliminarLo dicho UVA, no se haga ilusiones.