PACIFISMO Y VIOLENCIA

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   (En alguna ocasión he hablado con personas que rechazaban la intervención militar extranjera (caso de Irak, en la que participaron más de treinta países occidentales) por motivos morales. Por ejemplo, no hay que matar a nadie. Y, además, porque los que intervenían (especialmente USA) lo hacían por interés. Por el petróleo, básicamente.

  
  

  Empecemos diciendo que el mundo ideal no existe, excepto en nuestras mentes. Es bueno tenerlo presente para no confundir los planos. Aquí abajo hay otra cosa y con esto tenemos que lidiar. De ahí que me aburran las personas que, ante un conflicto, hablan desde la utopía. Yo también sé hacerlo. Y desear jamón de jabugo para todos.

  
  

  Volviendo a la realidad. ¿Es mejor no intervenir en Siria? ¿Llevamos unos 60.000 muertos? Se dice que en 2013 se llegará a los 100.000 muertos. ¿Deberíamos enviar tropas que permitieran la paralización de los combates? Por supuesto, habrá muertos y heridos. Menos, se supone. Y, por supuesto, hay intereses. ¿Quién no los tiene? ¿Quieren que USA ponga los muertos gratis et amore? Hay que ser un cerdo miserable para exigirlo.

  
  

  Yo me alegraré de que USA tenga beneficios económicos de su intervención en Irak. Por ejemplo, la reconstrucción del país. Y me sabría mal que ofrecieran contratos a España. Nuestro comportamiento no debería ser premiado con nada.Tal vez una lavativa para Zapatero y los que le apoyaban. La misma para todos.

  
  

  

  Volviendo al principio. ¿Es mejor que sigan matando gente, incluidos personas indefensas, o sería mejor una intervención militar? Que no será gratis en ningún sentido. O sea, no se trata de contraponer el bien y el mal. Se trata de dos males. ¿Cuál elegimos? ¿Cuál es el menos malo? ¿Por qué?

   

  Reconozco que, en general, los pacifistas, progres y demás fauna, me resultan aburridos e insoportables.)

   

   

   

  sto tenemos

   

   

   

   

   

  Osama Edward, director de la Red Asiria de los Derechos Humanos

  'La guerra se hará más violenta en Siria'.

  
  

  El activista de los derechos humanos Osama Edward, forzado al exilio como el resto de su familia cristiana, confiesa a La GACETA que estas Navidades están siendo “muy tristes” y augura un 2013 más trágico. (Antonio Navarro)