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jueves, 3 de enero de 2013

SEA GUAY, SEA DE IZQUIERDAS

(En la foto puede verse a un progresista observando lo bajo que ha caído la derecha. 
O sea, lo propio de una tendencia política especuladora, reaccionaria y casposa. Y, encima, creen que las Navidades tienen un origen cristiano. ¡Todos los fachas son iguales!)
 SEA GUAY, SEA DE IZQUIERDAS.
Asomados al abismo.
Las navidades, despojadas de todo tufo religioso, son fiestas ideales para la progresía.

Cada año por estas fechas, Estados Unidos renueva, como una tradición más, la llamada "guerra contra la Navidad", es decir, el intento por parte de la élite progresista de borrar de estas fiestas todo rastro de su origen cristiano. Lo que se celebra son "vacaciones", "el solsticio de invierno" y así.

Aquí, donde tenemos probablemente una de las izquierdas más cristofóbicas del planeta, el debate va a menos, en parte porque la mitad de los españoles a estas alturas debe de pensar que el 25 de diciembre nace Santa Claus, en parte porque las navidades, despojadas de todo tufo religioso, son fiestas ideales para la progresía.

Sí: la progresía no cree en Dios, pero sí en los Reyes Magos o, si se prefiere, el gordo barbudo ese del traje rojo diseñado por los creativos de Coca-Cola. La izquierda cree, lo que es lo mismo, en un Estado que deja en nuestros zapatitos todo tipo de prestaciones gratuitas y subvenciones varias. No hay que preguntarse de dónde sale todo ese dinero: es magia. Algo de los ricos, esos seres fabulosos que se están quedando con todo lo nuestro, o de endeudarse, que, con la frivolidad de una Escarlata O’Hara, la deuda acumulada ya la pensaremos mañana.

La economía no existe realmente: todo es cuestión de política. No sé ya la de artículos que he leído en la prensa progresista –El País, sobre todo– sobre "el fin de la política" y, en general, el lamento de que se haya dejado todo en manos de los mercados y vivamos un periodo de abandono de la vida pública en favor de "las grandes finanzas". ¿Que el Estado en todos los países de la OCDE controla directamente en torno a la mitad del PIB (el 57%, en el caso francés) e indirectamente todo lo demás? Oh, por Dios, eso es la realidad, que todo el mundo sabe que es fascista...

  (Un paseo por la izquierda/El Trasgo/INtereconomía)

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