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viernes, 6 de septiembre de 2013

PEDIATRAS.



(O sea, para los pediatras no es ‘extremo’ que una niña de trece años se vaya a la cama con una varón de treinta, por ejemplo. Para mí, estos pediatras están locos. Suponiendo que sea cierto, se limitan a decir lo que ahora se hace.

Lo que queremos saber es lo que es bueno para niñas de trece años, no lo que hacen, suponiendo (no conozco encuestas fiables) que todas, o la mayoría, folle. Como sugieren los pediatras.

 

 También hay niños y niñas de doce años que hacen botellón. Pero el que lo hagan no lo convierte en algo bueno y respetable. Si se promulgara una ley que exigiera tener 16 años para hacer botellón, los pediatras dirían que es ‘extremo’, puesto que ahora ya hacen botellón a los doce años.  Por supuesto, a mi me parece mal, con 12 y con 16, pero esa es otra.

 

PD. Las niñas de 13 años deben estudiar y jugar. Aprovechar la adolescencia, que no volverá. Ya tendrán tiempo de follar. Y un consejo a ellas y a los padres. Envíen a la mierda (a tomar vientos, a tomar...) a esos profesorcillos y profesorcillas progres que quieren enseñar a sus hijos a hacerse pajas y a experimentar lo que ya se imaginan. Usted, padre, y usted, madre, son los responsables de la educación moral de sus hijos. Me olvidaba. Tampoco, por lo visto, se puede usted fiar de los pediatras. )

 

 

 

 

Sociedad

Los pediatras consideran «algo extremo» elevar la edad de consentimiento sexual de 13 a 16 años.

abcabc_es / madrid
Día 05/09/2013 - 19.01h

Recuerdan que en España las relaciones sexuales entre adolescentes suelen iniciarse entre los 14 y 16 años, pero la mayoría de organizaciones de protección de la infancia apoyan el cambio.

(ABC) .

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 Relaciones sexuales con niñas de 13 años.

·  publica su biografía
Samantha Geimer, la víctima sexual de Roman Polanski, narra su versión en un libro
GACETA.es
Casi 40 años después ha decidido publicar el libro en el que relata los distintos episodios vividos con el director y como le afectó a su vida cuando tan solo era una niña de 13 años.
·  The Girl. A life in the shadow of Roman Polanski (La chica. Una vida a la sombra de Roman Polanski), ese es el nombre de la biografía de Samantha Geimer, un libro que ha llegado a las librerías de Estados Unidos esta semana.

En la portada del libro aparece una joven rubia con una mirada ausente, fotografías tomadas por el propio Polanski en la casa de Jack Nicholson. Unas fotografías que jamás llegaron a publicarse, se hicieron durante dos días y en principio iban a salir en la revista Vogue. En la segunda jornada fotográfica, aparte de fotografías hubo champán y drogas, fue allí donde Polanski abusó sexualmente de la joven.
Con su biografía, Samantha quiere compartir su historia y la repercusión que tuvo en vida el mantener relaciones sexuales con Polanski cuando ni siquiera había cumplido los 14 años. Cuenta como en el colegio la discriminaban y se le colgó una etiqueta, los padres de sus amigos no querían que se relacionasen con ella.

La despedida entre el director y Geimer se dio cuando Polanski insistió en enseñar las fotografías que le había tomado a su madre y a su padrastro, ambos se enfadaron porque la menor aparecía en topless.

Los encuentros entre ambos tuvieron una gran repercusión y no solo mediática, también por la vía judicial. Se presentó una demanda pero finalmente ambas partes llegaron a un acuerdo. El juez consideró esta idea y dio marcha atrás ordenando el encarcelamiento de Roman durante 90 días.

Samantha ahora es una mujer de 50 años y madre de dos hijos, con el libro reclama que se juzgue a una mujer capaz de perdonar y no a una víctima adolescente.

Polanski da su versiónEl director abandonó Hollywood hace casi cuatro décadas, poco después de que saliese a la luz todo el escándalo de Geimer. Ahora, el galardonado como mejor director por la película El pianista ha concedido una entrevista para la revista Vanity Fair que sale a la venta este jueves en Nueva York y Los Ángeles y lo hará más tarde en el resto de Estados Unidos.

Roman ha hablado de ese duro episodio de su vida en el que se convirtió en un hombre muy odiado por la sociedad y que le valió pasar 42 días en prisión. "Fue tal shock saber que esto no había terminado, después de que te dejasen salir de prisión. ¡Libre! Con tus cosas bajo el brazo, con el abogado esperando por ti fuera. Y entonces el juez cambió de opinión. Y tenía que volver a prisión y nadie sabía por cuánto tiempo. Simplemente no podía pasar por eso", explica Polanski sobre su decisión de abandonar EEUU.

 (La Gaceta)

 

 


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