(Consecuencias de un fracaso histórico. El del PP/PSOE. Han permitido- incluso colaborado- con los que querían y quieren destruir España. ¿Cabe mayor estupidez y cobardía?)
¡VIVA ESPAÑA!
“Fuera fascistas”; “españoles hijos de puta” gritos de los boicoteadores del acto de España Ciudadana en Alsasuapic.twitter.com/dFngzLVUul
En una página web me encontré con una composición fotográfica que me interesó. En su parte superior se veía un grupo de personas rebuscando en un montículo de desechos y el título, sobrepuesto: “Gente que vive de la basura”. Debajo, un poblado Parlamento argentino (según la bandera que se comprendía en la imagen) y un título: “Basura que vive de la gente”. Viene esto a cuento por que recientemente se han difundido informaciones acerca de la tasa nacional española de la pobreza, que comprendía a niños, viudas y mujeres en general, ¡y hasta empleados y licenciados universitarios!; por más que me he interesado, no he visto ni a un profesional de la política en esa triste y larguísima lista de inopes. De otra parte, en la revista “Destino”, ya hace muchos años, leí que un presidente surafricano se negó a la construcción de un ferrocarril transafricano, desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo, por que no había leído en su Biblia nada al respecto. Están pasando en muchas naciones del mundo los tiempos en que se gobierne según lo que se dicta desde un libro sagrado. Sí, corren malos tiempos para las teocracias. En cambio, parece que aceptamos que nos apacienten según los escritos de textos con inspiradores menos elevados. ¿Hasta cuándo nos gobernarán las ideas, posturas u opiniones sobre la eficacia, el beneficio general y la justicia? ¿Estamos inevitablemente condenados a alimentar a estos lactantes (por no llamarles mamones)? ¿Nos han producido algún provecho tangible? Al contrario, ¿nos han encarecido la vida; nos envilecen? ¿Porqué les votamos? ¿Acaso, en verdad, nos representan? ¿De veras conocen el patriotismo (lo que aproveche al común de las gentes) o sólo son fieles a su empresa, a través de la que cobran, es decir, al partido? ¿Qué les diferencia de los charlatanes de las puertas de los mercados? Éstos viven de colocar su jabón para la barba, las cuchillas de afeitar, etc.; nuestros lactantes, de sus credos. Unos y otros, todos tienen su corrillo: viven de ellos.
P. S.: El sr. Pedro Sánchez (lo mismo puede aplicarse a cualquier líder político) está en su derecho, supongo, quizás, de pensar para su capote como le venga en gana. Ahora bien, ¿porqué ha de poder tener acceso al gobierno de todos, al control de todo un país? Otra cuestión: ¿qué maravillas esconde la profesión de político para que, sólo por serlo, tengan sus fieles tantas virtudes como una célula madre ya que tanto pueden llegar a ser competentísimos ministros de Fomento como llevar la cartera de Educación, pongamos por caso?
La democracia es el mejor sistema político pero es el más arriesgado. Deja en manos de la gente el porvenir del país. Lo que, en principio, es correcto. Pero si los medios de comunicación y el sistema de enseñanza no son dignos de tales nombres, la manipulación está servida. Y las dramáticas consecuencias, también.
En una página web me encontré con una composición fotográfica que me interesó. En su parte superior se veía un grupo de personas rebuscando en un montículo de desechos y el título, sobrepuesto: “Gente que vive de la basura”. Debajo, un poblado Parlamento argentino (según la bandera que se comprendía en la imagen) y un título: “Basura que vive de la gente”. Viene esto a cuento por que recientemente se han difundido informaciones acerca de la tasa nacional española de la pobreza, que comprendía a niños, viudas y mujeres en general, ¡y hasta empleados y licenciados universitarios!; por más que me he interesado, no he visto ni a un profesional de la política en esa triste y larguísima lista de inopes. De otra parte, en la revista “Destino”, ya hace muchos años, leí que un presidente surafricano se negó a la construcción de un ferrocarril transafricano, desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo, por que no había leído en su Biblia nada al respecto. Están pasando en muchas naciones del mundo los tiempos en que se gobierne según lo que se dicta desde un libro sagrado. Sí, corren malos tiempos para las teocracias. En cambio, parece que aceptamos que nos apacienten según los escritos de textos con inspiradores menos elevados. ¿Hasta cuándo nos gobernarán las ideas, posturas u opiniones sobre la eficacia, el beneficio general y la justicia? ¿Estamos inevitablemente condenados a alimentar a estos lactantes (por no llamarles mamones)? ¿Nos han producido algún provecho tangible? Al contrario, ¿nos han encarecido la vida; nos envilecen? ¿Porqué les votamos? ¿Acaso, en verdad, nos representan? ¿De veras conocen el patriotismo (lo que aproveche al común de las gentes) o sólo son fieles a su empresa, a través de la que cobran, es decir, al partido? ¿Qué les diferencia de los charlatanes de las puertas de los mercados? Éstos viven de colocar su jabón para la barba, las cuchillas de afeitar, etc.; nuestros lactantes, de sus credos. Unos y otros, todos tienen su corrillo: viven de ellos.
ResponderEliminarP. S.: El sr. Pedro Sánchez (lo mismo puede aplicarse a cualquier líder político) está en su derecho, supongo, quizás, de pensar para su capote como le venga en gana. Ahora bien, ¿porqué ha de poder tener acceso al gobierno de todos, al control de todo un país? Otra cuestión: ¿qué maravillas esconde la profesión de político para que, sólo por serlo, tengan sus fieles tantas virtudes como una célula madre ya que tanto pueden llegar a ser competentísimos ministros de Fomento como llevar la cartera de Educación, pongamos por caso?
ResponderEliminarLa democracia es el mejor sistema político pero es el más arriesgado. Deja en manos de la gente el porvenir del país. Lo que, en principio, es correcto. Pero si los medios de comunicación y el sistema de enseñanza no son dignos de tales nombres, la manipulación está servida. Y las dramáticas consecuencias, también.
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