(En la foto, una persona de izquierdas mirando lo poca cosa que son los que no son de izquierdas.)
MORALMENTE SUPERIORES.
En este caluroso mes de julio, a punto de la incierta
investidura de Pedro Sánchez, la VicePresidenta Carmen Calvo, jurista
constitucionalista, profesora universitaria, y ministra de la Presidencia,
declaró lo siguiente, a preguntas de los periodistas:
‘El feminismo no es de todas: No, bonita.
Además, la vicepresidenta en funciones criticó a la derecha por ‘dar alas al
machismo de manera evidente y soterrada’. Antes
de seguir, recordemos estas palabras de J.F. Revel: ‘La primera de las
grandes fuerzas que mueven el mundo, es la mentira’.
Reconozco que me asalta una duda. ¿Cree,
esta ilustre señora, lo que ha dicho, o no lo cree? Si lo cree, es tonta- a
pesar de su curriculum- y si no lo cree, es una demagoga sin escrúpulos.
Recordemos a Clara Campoamor. Fue una
política española- escritora y jurista- que perteneció a Acción Republicana
(fundado por Manuel Azaña), y elegida diputada en 1931 por el Partido Radical.
Se distinguió por la defensa de los derechos de las mujeres.
Dos de las tres diputadas que había en el Congreso en 1931, ambas de
tendencia socialista, se mostraron en contra de conceder el sufragio a la
mujer. Por un lado, Margarita Nelken, y por otro, Victoria Kent, diputada del Partido
Radical Socialista.
‘Es necesario que las mujeres que sentimos el fervor democrático,
liberal y republicano pidamos que se aplace el voto de la mujer’, aseguró Kent en el Congreso el 1 de octubre de 1931,
provocando los aplausos de todos sus compañeros de partido.
‘Si, bonita’, no sabes de lo que hablas. ¿O lo sabes y mientes?
Estas falsedades de la Vicepresidenta, que
atribuye todo lo bueno a la izquierda, en general, y a los socialistas, en
particular, suelen ir acompañadas de otras falsedades que evidenciarían que sus
opositores ideológicos son mala gente. O sea, la derechona machista y
reaccionaria. En concreto, la VicePresidenta añadió: ‘la derecha da alas al machismo de
manera evidente y soterrada’.
Resumiendo. Por una parte, la izquierda
progresista/feminista atesora- habitualmente de manera exclusiva y excluyente-
todo lo bueno. Es decir, ‘no bonita’, el feminismo es solamente socialista.
¿Quién no es feminista? La derecha. En realidad, es peor. La derecha no
solamente no es feminista, es que ‘da alas al machismo’. ¡Qué espanto! Pero es
que hay más. Lo hace de manera ‘evidente y soterrada’. Como lo haría una
serpiente. No se atreven a decirlo a las claras. ¡Son cobardes! ¡No merecen
gobernar!¡Solamente la izquierda tiene legitimidad para gobernar! ¡Repítalo mil
veces!
Conclusión. Si usted es una persona decente, será
socialista. Porque solamente los socialistas somos los defensores del
feminismo, que es la prueba de fuego de la decencia moral y política.
Para que esta conclusión se desparrame por la sociedad
española, hace falta que haya un elevado número de personas cuyo alimento
espiritual sea La Sexta, La Cuatro, TV3 y similares. Y que haya tenido el
privilegio de sumergirse en la Logse, Loe, Lomce, y talleres de educación
sexual. Con estos alimentos espirituales, es fácil que los oyentes/videntes
traguen toda la alfalfa que el progresismo mediático les proporcione.
Y ahora,
algunas consideraciones sobre el feminismo radical. Debemos diferenciar
claramente, el feminismo de la igualdad, que reclama- muy justamente- la
igualdad jurídico-política entre hombres y mujeres, del feminismo radical. El núcleo de esta ideología totalitaria incluye, entre
otras cosas, el sexo libre (contrario al matrimonio), el aborto libre como un
derecho, rechazo del matrimonio (especialmente entre hombres y mujeres),
rechazo de la familia y la religión, por ser instituciones autoritarias y
opresoras de las mujeres, etcétera.
El feminismo
de género- como parte del feminismo radical- cree que el sexo es una
construcción social. Pero las feministas confunden el sexo- que es una
característica biológica-, con el género- que es una categoría gramatical. En
todo caso, el feminismo radical afirma que nadie nace hombre o mujer. Se
trataría de construcciones sociales promovidas por el patriarcado para oprimir
a las mujeres y someterlas a los hombres. De ahí la difuminación de las
diferencias sexuales entre hombres y mujeres, niños y niñas. Por eso la
izquierda feminista montó un gran escándalo mediático cuando un autobús se
atrevió a publicitar este lema: ‘Los niños tienen pene; las niñas, vulva’.
Fueron denunciados y se exigió a los Ayuntamientos que fueran expulsados de las
ciudades que visitaban.
¡Qué
escándalo!¡Cómo se atreven a decir que los niños tienen pene y las niñas vulva!
Es la derechona machista de siempre.
El discurso
abrumadoramente mayoritario de los medios de difusión dice que la izquierda
(toda ella, aunque pueda haber matices) defiende los auténticos y verdaderos
intereses de la mujer. Esto se repite una y otra vez, hasta que ha calado en
las meninges de los ciudadanos. Si la izquierda defiende los auténticos y
verdaderos intereses de la mujer ¿qué narices defiende la derecha? No defiende
a la mujer. La ataca.
¿Qué
alternativa le queda a la derecha? Bajar la cabeza- como ha hecho casi siempre-
y someterse a todo lo que diga la izquierda. Así podrá ser perdonada, a medias.
Pero la derecha tiene que saber que no puede mezclarse impunemente con la buena
gente de izquierdas. Vox y PP (fachas) tuvieron la decencia de no presentarse a
la manifestación de LGTBI. Una cosa es que les perdonemos- a medias- si se
someten a nuestros postulados ideológicos, y otra cosa es que se atrevan a
venir a nuestras manifestaciones.
La
periodista feminista Cristina Fallarás, escribió: ‘No
os empeñéis con lo del respeto y la tolerancia. Ni respeto ni tolero ciertas
ideas ni ciertas prácticas. Ni de @vox_es ni de los @populares. Y tampoco me sirve el
argumentito de “respeta a sus votantes”. No perdáis el tiempo’.
Ni
tolerancia, ni respeto. La izquierda no tiene adversarios políticos- normal en
democracia- sino enemigos.
En la
edición electrónica del ‘Diario del barcelonés’ (05/06/03), la escritora y
periodista feminista Maruja Torres, dijo: ‘Por cada millón de personas que
se manifestaba, existían cuatro millones de hijos de puta que callaban sabiendo
que iban a votar a Aznar’.
Son moralmente
superiores. Deberíamos felicitarles.
Sebastián
Urbina.
(Publicado en ElMundo/Baleares/26/7/2019.)
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