(Los catalanistas, como siempre, dan la culpa a los demás. Como niños malcriados no se quieren hacer responsables del estropicio.
Pero salvo los desvergozados socialistas, mucha gente les ha visto el plumero.
Ya sólo engañan a los que se quieren engañar.
¡Qué gentuza! ¡Y se creen superiores!)
Pánico, fuga de depósitos, inseguridad jurídica y ausencia de presiones políticas.
La versión de los banqueros catalanes sobre lo ocurrido durante el golpe de Estado separatista dista
mucho del relato armado con posterioridad por los partidos y medios
independentistas.
Ni el Rey ni nadie del Gobierno llamó a los bancos
catalanes para que trasladaran sus sedes fuera de Cataluña. Ni las
empresas del sector público retiraron sus depósitos de estas entidades
durante aquellas semanas.
(Pablo Planas/LibreMercado/25/2/2020.)
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