(EN LA IMAGEN SE VE A UN CATALANISTA NORMAL DESPUÉS DE SER APALEADO POR LAS FUERZAS ESPAÑOLISTAS FASCISTAS.)
Si en octubre de 2017 ningún país del globo reconoció la independencia de Cataluña, ayer el TGUE no compró el argumento de Puigdemont, Comín y Ponsatí: pretendían «vender» que la Eurocámara había levantado la inmunidad por presiones políticas y de forma irregular.
Desde
2017 el relato (término tan de moda en política) del mundo
independentista, sustentado en las declaraciones y, sobre todo, por la
actividad frenética en las redes sociales de Gonzalo Boye,
abogado de Puigdemont y condenado por colaboración con ETA, consistió en
afirmar que la justicia española estaba manipulada por elites
anticatalanas y tardofranquistas.
Asimismo, se extendía la idea de que
su abuso de poder iba a ser corregido por la justicia europea. Poco a
poco, sentencia a sentencia, este argumentario ha ido decayendo.
(El Debate/6/7/2023/Joan López.)
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