No es nuevo que el ser humano tenga que combatir el calor, los romanos ya se refrescaban a su manera con sistemas de refrigeración, papiros mojados o controlando la corriente de aire de las casas hace más de 2.000 años.
Los nobles y patricios romanos que podían, se marchaban de las ciudades más calurosas como Palermo, Nápoles o Roma hacia zonas de montaña o la costa italiana. Según Muy Interesante, no era nada raro que los más adinerados tuvieran una villa para pasar el invierno y otra para el verano.
Aquellos que no tenían la posibilidad de viajar, tenían que hacer uso de abanicos, refrescos, helados y piscinas públicas, muy similar hoy en día...
(Historia de Claudia Pacheco.)
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