OH, POBRET YIHADISTA.
La Cataluña decadente y suicida consiguió la presencia en el Congreso de Mohamed Houli, un terrorista condenado a 43 años por su participación en los atentados de Barcelona y Cambrils del año 2017 que dejaron 16 muertos y más de un centenar de heridos.
Como sabe el tipo que muchos paseos más no va a tener, pero agradecido por la oportunidad de visitar Madrid, procuró quedar bien con esos señores de Barcelona que le habían llevado, pues nunca se sabe. Y cantó el aria que más iba a gustarles: «El CNI tenía conocimiento de las intenciones del imán».
Ese imán es Abdelbaki es Satty, de Ripoll y cerebro de los atentados del 17-A. «Lo digo ahora y no lo decía antes por miedo a las represalias o que me pudiera perjudicar, pero ya estoy condenado y no tengo nada que perder», añadió, pero reconociendo que se basaba en una «conjetura».
El nivel de ignominia fue tan alto que hasta el diputado de ERC Francesc Marc-Álvaro echó balones fuera, asegurando que su intención no era que «que se buscara y se investigara quién dejó que el imán hiciera lo que quisiera».
Eso sí: la comparecencia de un yihadista en el Congreso fue obra de Junts, ERC y el PSOE, ese partido de estado, que firmaron la petición conjuntamente.
Cataluña representa lo peor de ese mundo woke (identidades, agravios y resentimientos históricos mayormente ficticios) que tantos estragos está causando y que va a provocar una reacción que va a costar muy probablemente que aparezcan fuerzas en sentido contrario tan irracionales como la suya. Se lo están buscando.
(Teresa Giménez Barbat/OkDiario/20/2/2025.)
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