DESPILFARRO SOCIALISTA

EL DESPILFARRO MUNICIPAL RECAE SOBRE EL CONTRIBUYENTE

UPyD recuerda a los palmesanos que el derroche de Aina Calvo en tiempos de crisis va a provocar un catastrazo de un 47% la próxima legislatura

Fue la condición del Gobierno Central para permitir que Cort se endeudara en 40 millones de euros para pagar facturas de 2008 y 2009 · Aina Calvo no se apretó el cinturón ante el derrumbe de la recaudación y prefirió mirar hacia otro lado ante el despilfarro del Bloc y UM · Los palmesanos pagarán las consecuencias en breve

Palma, 26 de abril de 2011

UPyD quiere advertir a los palmesanos del catastrazo que se avecina. El año pasado el equipo de gobierno de Aina Calvo se vio obligado a aprobar una subida del IBI del 47% entre 2012 y 2015 para que el Estado le autorizara a endeudarse en 40 millones de euros para tapar el agujero presupuestario que se había producido en las arcas municipales en 2008 y 2009. Para UPyD, la alcaldesa socialista Aina Calvo se vio obligada a pedir este préstamo porque anteriormente no había puesto en marcha ningún plan de austeridad ante el derrumbe de la recaudación, sobre todo en licencias de construcción. Aina Calvo siguió gastando y dejó gastar a sus socios de gobierno (Bloc y UM) como si no pasara nada, de ahí que pronto el Ayuntamiento y sus empresas públicas entraran en números rojos en 2008 y 2009.

Cort aprobó con los votos de PSOE, Bloc y UM un Plan de Saneamiento que contemplaba una subida del IBI de un 46,97% en cuatro años: un 11,75% en 2012, un 10,50% en 2013, otro 9,51% en 2014 y otro 8,69% en 2015. Estos incrementos son acumulativos y los tendrán que pagar progresivamente los palmesanos la próxima legislatura. En 2015 los palmesanos pagarán un 47% más de lo que están pagando actualmente en su recibo del IBI.

Ante las proporciones del déficit presupuestario Aina Calvo trató de solventarlo subiendo los impuestos en 2009 pero pronto se dio cuenta que esta política fiscal ponía en peligro su futuro electoral. Y cambió de estrategia. Congeló los impuestos para 2010 y 2011, se endeudó en 40 millones para tapar el agujero y aplazó la subida de impuestos a la próxima legislatura, en una típica política de “tierra quemada”.

Derroche por doquier

En estos cuatro años el derroche de Aina Calvo ha sido enorme y más grave si cabe en tiempos de crisis al provocar un agujero que sólo ha podido tapar endeudándose. Algunos ejemplos denotan por sí solos el grado de despilfarro que no ha sido capaz de atajar la socialista y que la ha obligado a subir los impuestos para los próximos cuatro años. Sólo el IMFOF nos cuesta al año en torno 9 millones de euros. Sólo el cambio de manos de EMAYA desde que no está UM nos ha permitido ahorrar otros 9 millones de euros. Aina Calvo puso en marcha el Instituto Municipal de Protección al Consumidor (IMIC), un órgano con prácticamente las mismas funciones –por lo demás, puramente informativas puesto que la capacidad sancionadora depende del Govern– que la Oficina del Consumidor (OMIC) del Govern. Su presupuesto anual supera los 300.000 euros. Nanda Ramon puso en marcha un centro de información juvenil a escasos cien metros de otra oficina similar del Govern. Cristina Cerdó contrató a los famosos dinamizadores medioambientales, incrementó las campañas de autobombo para promocionar su carrera política y aumentó como nunca antes los gastos de personal en Emaya sin que Aina Calvo le cortara las alas en ningún momento. El Institut Municipal d’Esports (IME) que controlaba en solitario UM contrató un servicio externo de consultoría y asesoría (880.000 euros) para hacer estudios sobre futuros polideportivos cuando el Ayuntamiento de Palma ya tiene su propia empresa municipal de estudios: el EMOP. Por no hablar de inversiones carísimas y que difícilmente se van a amortizar nunca como el futuro Palacio de Congresos o el nuevo Parque de Bomberos de Palma, que nos costará la escandalosa suma de 121 millones de euros corrientes a pagar a plazos en los próximos treinta años, un recurso de financiación carísima para los contribuyentes (cinco veces superior al coste de la obra) cuando no se tienen las cuentas saneadas.

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