Cataluña es España
De nuevo, conviene comparar las movilizaciones de los defensores de España con las de quienes andan obsesionados con destruirla, aun si eso supusiera –como sin duda supondría– la destrucción de su propia patria. Ayer salió a la calle la Cataluña humillada y ofendida por la impresentable Cataluña oficial, tan corrupta y falsaria, que teledirige y caciquea esas manifestaciones monstruo donde descuellan los apesebrados y abundan los mensajes y gestos totalitarios. Ayer salió a la calle la Cataluña plural, sensata, abierta al resto de España, menos vistosa pero por supuesto más admirable que la hosca Cataluña monolítica, demenciada y encerrada en sí misma de la que blasonan sujetos de la catadura de Jordi Pujol y sus herederos.
Esa Cataluña responsable, consciente de su pasado y su presente y hondamente preocupada por su futuro, merece todo el apoyo del resto de España, y muy especialmente del Gobierno de la Nación, que parece querer seguir incurriendo en el tremendo error de tomar la peor parte –la del nacionalismo tóxico– por el todo y, así, rescatar no al Principado sino a los que lo están convirtiendo en la meca de todos los desafueros.
(edit.ld)
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