EL MACHISMO QUE NOS INVADE.
En Mayo de 2014, la periodista Cristina López Schlichting, ponía de todos los colores a los políticos machistas, en ‘El Cascabel’ de la COPE: "Están fijándose en el culo y las tetas".
Acusar a los hombres
de guarradas sin cuento es de lo más progresista que usted pueda imaginar. Pero
¿por qué los políticos iban a ser diferentes del resto de los hombres
pecaminosos, es decir, de los hombres sin más?
Los hombres tenemos, en
general y dependiendo de la edad, entre otras cosas, una sexualidad más
compulsiva que las mujeres.
En general, los hombres nos sentimos atraídos por las
mujeres. De unas más y de otras menos. Con las excepciones que todos sabemos.
Pero no porque seamos unos degenerados sino porque la naturaleza es así. Con las
excepciones de rigor. Por tanto, ‘naturalmente’ los hombres miramos a las
mujeres. Normalmente, a los ojos, el culo y las tetas.
Lo grosero es mirar de forma
evidente e insistente. Debe mirarse con disimulo, para no molestar. Por otra
parte, las mujeres, en general, miran el culo de los hombres, o la bragueta,
cuando les da la gana. ¡Qué cara más dura!
Cuando se acusa de ‘machista’
a alguien, dado que el significado de esta palabra es despreciativo, lo menos
que puede exigirse es una adecuada justificación. A menos que prefiramos que el
despreciado se ponga al mismo nivel y conteste con un agrio ‘gilipollas’. Ella
contraataca, ‘cabrón’. El aludido lanza un incisivo, ‘zorra’ y, finalmente,
ella cierra el combate con un sonoro ‘hijoputa’. Llegados a este punto, podríamos preguntar:
¿Es esto lo que debemos enseñar a nuestros hijos? ¿No cree usted que es más
civilizado justificar lo que se afirma? Recordemos el latinajo:
Ei incumbit probatio qui dicit, non qui
negat (La
prueba incumbe a aquél que afirma, no al que niega.) Proviene del Digesto de Justiniano, del siglo VI después de
Jesucristo, y supone una defensa de la presunción de inocencia.
Si en una tertulia, una mujer
acusa de ‘machista’ a un hombre, éste balbuceará. ¿Yo? ¿Qué dices? ¡De ninguna
manera! Y empezará una retahíla de excusas. ¿Por qué sucede esto?
Porque en la
culturilla políticamente correcta, se supone que los homínidos somos miraculos,
miratetas, presuntos acosadores y potenciales violadores. ¿Por tanto, qué se
puede esperar de esta peligrosa turba? Asqueroso machismo.
En la falacia ad hominem se pretende
desacreditar a la persona que defiende una determinada opinión, en vez de
tratar de desacreditar a la propia opinión. Recordemos que los ataques
personales descalifican al atacante, aunque hay gente que no lo quiere entender.
Por tanto ¿Qué debería hacer el supuesto
‘machista’ de turno? Debería preguntar ¿Por qué soy machista? Y que lo
justifique el que lo afirma. Dependerá, no solamente de los hechos que se
prueben sino, además, de la definición de ‘machista’ que se utilice. Por
ejemplo, si ‘machista’ es todo hombre que ha mirado, alguna vez, el culo de una
mujer, todos los hombres somos unos asquerosos machistas.
Recordemos que miles de hombres han sido detenidos en
estos últimos años por denuncias de mujeres, pero no hay ni un solo caso en el
que las acusadoras hayan sido procesadas por denuncias falsas, a pesar de que,
como declaró públicamente la jueza de Barcelona, María Sanahuja, hay constancia
de que muchas esposas se inventan esos malos tratos para mejorar las
condiciones del divorcio.
Se ignora, por el contrario, que, por ejemplo, en el año 2009, la violencia doméstica ha provocado la muerte de 30 hombres, pero ese último dato no está registrado en las estadísticas oficiales, según afirma el juez Serrano en un informe que publicó el suplemento Crónica de El Mundo en 13/12/2009. ¿Por qué? Porque la ley de Violencia de Género sólo contempla la violencia del hombre. O sea, progresismo auténtico.
Esta ‘objetividad progresista’ se combina con la eliminación
de la presunción de inocencia, solamente para los hombres, en la Ley de
Violencia de Género. Y el que no esté de acuerdo, ya saben, es un ‘machista’.
La realidad, aunque se
esconda y manipule por los políticos políticamente correctos- o sea, casi
todos- y por la prensa ‘progresista’ y
acomplejada, difiere de la oficial.
El Proyecto sobre el Estado del
Conocimiento del Abuso en Pareja (PASK, por sus siglas en inglés) es un
compendio de más de 1.700 estudios publicados sobre este asunto cuyas
conclusiones acaban de ser publicadas en la revista Partner Abuse. Este
proyecto, llevado a cabo en Estados Unidos durante tres años por un grupo de 42
académicos de 20 universidades y centros de investigación ha concluido que
mucho de lo que creemos saber sobre violencia doméstica no es cierto.
Así, se afirma que excepto
en lo referente a la coacción sexual, hombres y mujeres perpetran abusos
físicos y no físicos en porcentajes similares, la mayor parte de la violencia
doméstica es mutua, las mujeres son tan controladoras como los hombres, la
violencia doméstica de hombres y mujeres está correlacionada con los mismos
factores de riesgo y sus motivaciones son similares en ambos casos.
Esto no significa minimizar
nada. Al contrario, significa no esconder, hipócritamente, la dramática
realidad de las diversas formas de violencia. El problema es grave y hay que
actuar en un doble frente, la sanción y la educación, desde las familias y las
escuelas. Hay que desterrar los comportamientos violentos, del tipo que sea, y
sustituirlos por el respeto mutuo y la información no manipulada. Unos objetivos
en los que todos deberíamos colaborar.
Claro que si usted
prefiere ser políticamente correcto/a, tiene que decir que los hombres somos
unos guarros que sólo miramos culos y tetas. Y partidos de fútbol.
Sebastián Urbina.
(Publicado en ElMundo/Baleares-3/4/2015.)
3 comentarios:
Gran artículo, don Sebastián. Le felicito.
Por cierto, bonitas tetas las de las fotos.Admito que he estado un rato mirándolas, así que debo de ser un machista cavernícola. Qué le vamos a hacer!
Que no le vean las hembristas que le persiguen...
Y gracias.
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