(En esta progre España, hay una doble vara de medir. La izquierda-separatistas (aunque no sean de izquierdas), IU, Podemos, feministas, socialistas y anticapitalistas varios- tiene un trato favorable de la prensa y casi todas las televisiones.
Si lo mismo lo hace un asqueroso pepero, lo machacan y le escupen, mañana, tarde y noche. Ni agua.
Algo parecido al actual derecho penal de autor, de tiempos pasados lamentables. Cuando era importantisimo si el delito era responsabilidad de un negro o de un blanco, noble o plebeyo. Ahora lo importante, en la ley de violencia de género es si la acción la realiza un hombre o una mujer. Además, de eliminar la presunción de inocencia a los hombres.
A esto le llaman democracia.)
NO FUTURE.
Aun así, qué piadosa es la prensa con la muchachada.
Si Espinar fuera un pepero valenciano no se hablaría de compra-venta de
un piso con saldo favorable de 30.000 euros, sino de pelotazo
inmobiliario, sintagma del que colgarían voces como maquinación, especulación y quién sabe si testaferro.
El hilo no presenta nudos gordianos: el padre de Espinar, Ramón Espinar
Gallego, pertenecía al consejo de Caja Madrid, donde también se sentaba
José Caballero Domínguez, a la sazón alcalde de Alcobendas, el
municipio promotor de las viviendas que nos ocupan. No hay que echarle
mucha imaginación para intuir que el "Óyeme, Ramón, ¿tu hijo no buscaba
piso?" se habría convertido, en la salvífica germanía de La Sexta, en
una red de tráfico de influencias que implicaría a altas instancias de
la banca.
Teniendo en cuenta la posibilidad de que Espinar Sénior se
valiera de fondos black, y dado que Caballero Domínguez, viejo apóstol de la igualdad salarial,
se pasó en 2011 del PSOE a UPyD, al presunto saqueo se añadiría el
seguro transfuguismo. ¿Una compra-venta ilegítima? ¿Un asuntillo de
doble moral? Probablemente, pero habrá que hacer constar, siquiera para
los amantes de la estadística, que no es ése el rasero que se venía
aplicando en España.
La corrupción a que apunta el caso, no
obstante, no es sólo la que se deriva de especular con vivienda
protegida. Más trascendente resulta que el apocalipsis que fueron
pregonando los dirigentes de Podemos, y que les abrió las puertas de las
televisiones, primero, y de las instituciones, después, quede
desmentido con sus propias vidas.
Lo ha dicho, en antológica greguería,
el periodista Rafa Latorre: una juventud sin futuro, sí, pero con
próspero presente. De esa misma impostura, por cierto, es tributaria la
opinión de que Cebrián pretende influir en las primarias de Madrid.
¡Cebrián, el último errejoner, ahí es nada! Hoy Espinar ha sido trending topic mundial y con esto los cielos ya irían quedando más que asaltados.
(José Maria Albert de Paco/ld.)
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