miércoles, 17 de diciembre de 2025

¿QUÉ IGUALDAD?

 

 

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¿QUÉ IGUALDAD?

 

¿Qué es la igualdad?  

Según el socialismo, la igualdad no significa que todos tengan lo mismo (igualdad de resultados), sino la abolición de clases y la explotación, buscando una sociedad donde se erradique la opresión y se garantice la igualdad de oportunidades y poder, distribuyendo los recursos según la capacidad y la necesidad, y donde cada persona tenga garantizada una vida digna con los mismos derechos y acceso a bienes básicos, logrando una libertad real para todos a través de la acción colectiva y la propiedad social.

 

 Según el liberalismo, la igualdad fundamental es la igualdad ante la ley y en derechos (igualdad formal), reconociendo a cada individuo como igual en dignidad y con los mismos derechos inherentes, sin privilegios de nacimiento, enfocándose en la igualdad de oportunidades y la libertad individual para perseguir objetivos, más que en la igualdad de resultados. Implica un sistema donde todos son tratados imparcialmente por el Estado, promoviendo la libertad de acción y el desarrollo de talentos, a menudo con un rol limitado del Estado para no interferir con la autonomía personal.

Tanto el socialismo como el liberalismo dicen que rechazan la igualdad de resultados.  Pero solamente lo rechaza la igualdad liberal. No la socialista. Su enfermiza y ruinosa obsesión redistribuidora del dinero ajeno, lo aclara.

Pasemos a lo que defienden.  La igualdad socialista pasa por la acción colectiva y la propiedad social. ¿Por qué? Porque este sería el modo de conseguir la libertad real.

¿Qué es ‘acción colectiva’?  La acción colectiva es la unión de un grupo de personas con intereses o derechos comunes para actuar en conjunto y lograr un objetivo compartido…  mecanismo que permite a muchos individuos acceder a la justicia de forma más eficiente y proteger derechos que afectan a una colectividad, no solo a uno.

En la igualdad socialista, el grupo- no el individuo- se convierte en el protagonista. A esto tenemos que añadir la ‘propiedad social’. ¿Qué es? La propiedad social es un concepto que designa la tenencia colectiva de bienes, recursos o medios de producción por parte de una comunidad o la sociedad en su conjunto, no por individuos privados.

O sea, una especie de convento laico.

 En todo caso, la acción colectiva y la propiedad social conducirían a la libertad real. Eso dicen ellos.

¿Qué es la libertad real? El dominio propio, la autonomía interior, el discernimiento moral y la capacidad de elegir el bien, no solo la ausencia de coerción, sino la posesión de los medios para vivir una vida plena y autodeterminada.

 Un cuento de hadas. Porque el protagonista es el grupo. Por eso en la igualdad socialista no se respeta el individuo y sus decisiones.  Hablando claro, opresión y represión al discrepante.

En la igualdad liberal, el protagonista es el individuo/ciudadano.

¿Qué es el ‘bien’? En esencia, es la meta de nuestras acciones o aquello que las hace valiosas y positivas, buscando el provecho, la felicidad o el mejoramiento de uno mismo o de otros.

  ¿Hay acciones colectivas? Sugiero que, en la práctica, hay unos dirigentes que influyen/adoctrinan a las masas para que caminen en la dirección que quieren los dirigentes. Los que se desvían son castigados. Son las acciones colectivas en la vida real.

 Si las personas que constituyen los grupos y sus dirigentes fuesen angélicas, no se llegaría a situaciones totalitarias. Sólo a una especie de convento laico sin asesinatos.

Veamos, brevemente, la igualdad liberal. La igualdad liberal no necesita individuos angélicos. Le basta que sean ‘normales’ para que los resultados sean mucho mejores que los resultados de la igualdad socialista. ¿Por qué?

Porque en la igualdad liberal no se acude a cuentos de hadas. Ni se desprecian las decisiones individuales. La igualdad liberal se cimenta en individuos reales de carne y hueso que hacen y deshacen, dentro de un contexto de instituciones y leyes respetuosas con las libertades individuales, que serán mejores o peores, pero con los pies en la tierra. No hay ‘acciones colectivas’ como las comentadas, la propiedad es centralmente privada, lo que siempre ha dado mucho mejores resultados que la socialización de los medios de producción.

Tampoco traga el cuento de hadas, ‘libertad real’. Como si la libertad de los ciudadanos, en un contexto democrático liberal, fuese ‘irreal’.  

 Sería un gran avance histórico que los ciudadanos se convencieran de la superioridad de la igualdad demo-liberal- aunque nada es perfecto- frente a la fracasada y ruinosa igualdad socialista, y rechazaran sus típicas manipulaciones, represiones y su corrupción. Y hablando de España, tener socios (Bildu) que nunca han criticado los asesinatos de ETA.

 Terminemos con más igualdad socialista. Pablo Iglesias, que fue vicepresidente, en el gobierno del socialista Sánchez, ha dicho (diciembre 2025) que- si de él dependiera- ilegalizaría al PP y a Vox. El siguiente paso ya es el Gulag.

Una sociedad que priorice la igualdad sobre la libertad, no obtendrá ninguna de las dos cosas. Una sociedad que priorice la libertad sobre la igualdad, obtendrá un alto grado de ambas.’ Milton Friedman. Nobel de economía.

La lealtad al socialismo (Sánchez y su tropa) es inmoral. Es lealtad a la corrupción, la traición y la mentira. Es complicidad con la infamia. Este es el gran problema de España. Una parte importante de votantes, no se comportan como ciudadanos democráticos sino como feligreses.

Antonio Elorza, catedrático de Ciencias Políticas: ‘Sánchez es un déspota y actúa como un gánster’.

 

Sebastián Urbina.

 

(Periodista Digital) 

 

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