(Me repito, y me repetiré. Bien está que se critique a la mayoría de políticos porque dejan mucho que desear. Unos más que otros. Esta señora, su jefe Sánchez, el comunista Iglesias y muchísimos más, son nefastos para España y su democracia.
Pero alguien vota esta gente. Ya sé que es difícil modificar lo que piensan (?) muchas personas. Siguen a un partido político como son seguidores de un equipo de fútbol. Con similar sectarismo.
Además, están las leyes educativas socialistas y la gran mayoría de los medios de comunicación. Progres. Con mayor o menor virulencia.
Hay que moverse en este campo de juego. Y aquí van a tener una gran responsabilidad PP/Vox/Cs. Si no trabajan coordinados, en todos los frentes, demostrarán una imperdonable bajeza y estupidez.
Porque la única manera de desbancar a este 'frente popular' es trabajar unidos. En cuaquier caso, la izquierda- en general- sigue los pasos que ya dio en la II República. Con los matices correspondientes derivados de los diferentes tiempos históricos. Pero, en lo central, van por parecido camino.
Muy peligroso. El que avisa no es traidor.)
NOMBRAMIENTO ESCANDALOSO PERO COHERENTE.
Por si alguien tenía todavía alguna duda, está claro que Pedro Sánchez va a por todas.
Su decisión –absolutamente escandalosa desde el punto de vista ético y
democrático, pero enormemente coherente con su proyecto político e
ideológico– de nombrar a la hasta hace unas horas ministra de Justicia,
Dolores Delgado, nueva fiscal general del Estado es una muestra muy
significativa.
Suele decir Jaime Mayor Oreja –al que habrá que reconocer su acertado
diagnóstico, que tanto molesta a la izquierda política y mediática, de
lo que estamos viviendo ya en España– que los frentes, como el que ha
puesto en marcha Sánchez, no tienen límites morales, legales, éticos y
democráticos. Esta es la manera más certera de explicar el nombramiento
de Delgado.
En la historia de nuestra democracia, no hay ningún caso de un
ministro de Justicia que haya pasado directamente a la Fiscalía General
del Estado. Lo que más se aproxima es lo que hizo en 1986 Felipe
González, cuando eligió para dirigir el Ministerio Público a quien en
ese entonces era ministro de Presidencia, Javier Moscoso. Siendo ese
precedente también muy llamativo, no es comparable a lo de ahora, porque
un ministro de Presidencia no tiene una relación tan directa con el
fiscal general como un ministro de Justicia.
Por ley, los exministros tienen dos años de incompatibilidad para
poder trabajar en el sector privado en áreas o empresas que tuvieran
una relación directa, de intereses, con los ministerios de los que
hubieran sido titulares. Si esa medida tiene toda su lógica en el sector
privado, ¿acaso no la tiene para la Administración Pública en un caso
tan escandaloso como éste, donde una persona deja de ser ministra para
acto seguido ponerse al frente de la Fiscalía General del Estado?
Tampoco es baladí el desprestigio acumulado por la señora Delgado,
tras conocerse el indecente contenido de unas conversaciones que
mantuvo antes de ser ministra con el exjuez Baltasar Garzón y el
comisario Villarejo. Sólo por eso, tenía que haber dimitido,
avergonzada.
Pedro Sánchez es coherente con este nombramiento. Si ha pactado con los independentistas de ERC "desjudicializar" el proceso de secesión puesto en marcha en Cataluña,
necesita un ariete en la Fiscalía General del Estado para que realice
el trabajo sucio. Y el asunto no se quedará ahí. Sánchez y –ya no
digamos– Podemos intentarán controlar al máximo el Poder Judicial: desde
el nombramiento de vocales en el Consejo General del Poder Judicial
hasta la renovación pendiente del Tribunal Constitucional –presidente
incluido–, pasando por nombramientos o designaciones de magistrados en
diversos estamentos judiciales.
La falta de escrúpulos y de pudor que muestra el presidente del
Gobierno con este nombramiento no es más que un síntoma de lo que está
por venir. Dentro de unos días, Sánchez se va a reunir con Torra,
presidente de una comunidad autónoma que está inhabilitado por un delito
de desobediencia y que se niega a abandonar su cargo. La foto de Sánchez con Torra será una bofetada más al Estado de Derecho,
a la dignidad y al prestigio de las instituciones.
Pero eso a Sánchez
le importa un comino, parafraseando a la señora diputada de ERC.
Parafraseando a la madre de los Pagazaurtundua, veremos y oiremos
cosas que nos helarán la sangre. Ya estamos en ello, pero esto no ha
hecho más que empezar. A ver si se enteran los líderes de los partidos
del centro-derecha y se ponen a trabajar en serio en lo que ya es una
urgencia nacional: la conformación de una alternativa que esté preparada
para hacer frente al Frente que está desde este lunes en el Gobierno de
España.
(Cayetano González/ld/13/1/2020.)
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