Sánchez se comporta como un auténtico antidemócrata. Altera el sentido de las palabras, las disfraza con conceptos buenistas y esconde un zarpazo a las libertades de Prensa y de expresión en España. Sus palabras asegurando que hay que proteger a los periodistas son justo lo contrario, son directamente una amenaza.
Porque su argumento es que hay que protegerlos de sí mismos, de su insolvencia, de su torpe inclinación a la manipulación por gobiernos autonómicos de la derecha, y porque se les guía a escribir al dictado consignas de ultraderecha que la Unión Europea condena. Nada hay de verdad en ese relato sectario.
(Editorial VozPOpuli/18/7/2024.)
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