El funeral intelectual de la globalización
Las élites globales venden la fantasía de un mundo sin fronteras unido por la retórica buenista, pero hace solo unas décadas la progresía abominaba de esta idea que ahora abandera Trump
Resulta gracioso recordar las posiciones de la izquierda global a mediados de los años ochenta y compararlas con las que defienden en nuestros días.
Entonces se cocía el movimiento de protesta llamado antiglobalización, que desembocó en duras protestas callejeras en Seattle y Génova contra el Foro Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio.
También estaba en alza el movimiento del software libre, que culpaba a Bill Gates de abusar en el cobro de patentes de productos Microsoft.
Dando un extraño giro de 180 grados, esa izquierda antisistema y antiglobalización es hoy una ferviente partidaria de la Agenda 2030 diseñada por millonarios en las cumbres de la ONU, reuniones privadas de Davos y seminarios de la Fundación Bill & Melinda Gates.
El exvicepresidente Pablo Iglesias, que participó en algunas de ellas, terminó luciendo el pin de la Agenda 2030 (que ya no lleva) y el rebelde Michel Moore despuntó con un documental, titulado «Roger & me» (1989), donde acusaba a General Motors de desproteger al trabajador nacional al llevarse las fábricas a países subdesarrollados. Lo mismo que defiende el presidente Donald Trump ahora.
(LaRazón/6/4/2025/ Victor Lenore.)
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