Leo (ElSemanalDigital/2-11-2005) las declaraciones de Artur Mas, Manuela de la Madre y J.L. Carod-Rovira, coincidentes en los siguientes puntos:
1. Cataluña es una NACIÓN.
2. Ni las Cortes Generales, ni el Presidente de Gobierno pueden defraudar las expectativas que ellos han traído al debate por que CATALUÑA HA HABLADO, al aprobar el proyecto.
3. Crítica acerba- insultante en el caso de Manuela de la Madre- a quienes se oponen al proceso en marcha.
Podríamos titular esta noticia: Primer acto de la tragicomedia.
1. La Constitución Española (la legalidad vigente en su art. 2) dice que se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
Pretenden pasárselo por el forro y ¡cuidadito con los que se opongan!. Actúan como si representaran a un ente soberano, pero no es así. Su fundamento es la falsedad.
2.El pensamiento colectivista cree que hay identidades colectivas (como la nación) que no pueden reducirse a los intereses de personas concretas, y cuyos supuestos intereses prevalecen (en caso de conflicto) sobre los intereses de los ciudadanos. De ahí que la sociedad (en este caso Cataluña) se conciba como una especie de entidad moral, dotada de fines propios, a los que debemos respeto y adhesión. El que no actúe así, es un inmoral y, por tanto, un ser despreciable. Luego viene el resto.
¡Pobres de los que vayan a su aire! ¡Serán ciudadanos de segunda! No serán 'buenos catalanes'.
3. Es típico del pensamiento totalitario. Descalificar al que no comulga con sus ideas. Recuerda al pensamiento franquista. En este caso, los críticos son 'fachas', 'anticatalanes' y se quedan fuera del sistema democrático. Es lo que dijo el Altísmo representante de las víctimas simpáticas al Gobierno (Peces Barba) en el homenaje al acusado de participar en los asesinatos de Paracuellos, Santiago Carrillo: 'Aquí estamos 'los buenos' y los menos buenos. Sólo faltan 'los malos'.
O sea, si apoyas el proyecto de Estatuto serás 'bueno'. Si lo criticas serás 'malo'. Es decir, 'un facha'.
A esto se le llama 'ser de izquierdas', 'ser progresista'.
Sebastián Urbina.
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