Leo (El Mundo/7-11-2005) un artículo de ROMAN PIÑA HOMS, 'Jaume Matas, metido en la Historia'. Entresacaré algunos aspectos que me parecen criticables.
PRIMERO.
'... sino que en dicho asunto se está manejando en perfecta sintonía con las enseñanzas de nuestro pasado o al menos dentro de las coordenadas que conforma históricamente nuestra idiosincrasia de mallorquines. ¿Y qué asunto es éste? Pues el de nuestras relaciones con la política y los políticos catalanes, que marcan notable distancia con la actitud que muestran sus análogos, los 'peperos' valencianos'.
No es cierto que existan 'LAS enseñanzas de nuestro pasado'. El artículo determinado es completamente desafortunado. La razón es que nuestro pasado (cualquier pasado) tiene diversidad de enseñanzas (no necesariamente conciliables) en función de la interpretación de los hechos históricos que hagamos. Por ejemplo, 'las enseñanzas' que perciben los pesemeros (en general) no son 'las enseñanzas' que perciben los peperos (en general). Además, dentro de los peperos (y supongo que algo parecido pasa con los pesemeros) no hay unanimidad. No todos los peperos están de acuerdo con las ideas que defiende Román. Por tanto, hay 'enseñanzas', no 'las enseñanzas'. Por otra parte, la 'idiosincrasia' (si la entendemos como 'rasgos propios de una colectividad') es un término bastante vago. Hasta tal punto que incluye a liberales (clásicos e igualitarios), socialistas (socialdemócratas- o sea, liberal igualitarios, y social revolucionarios) y totalitarios de diverso pelaje. Nostálgicos y modernos. ¿Cuál es 'nuestra' idiosincrasia? Uno de los rasgos distintivos de una sociedad moderna y democrática, es la pluralidad dentro del respeto a los derechos humanos. Luego hay muchos otros rasgos distintivos: literatura, música,cocina.... Además, me da igual si los (o algunos) mallorquines de hace dos siglos eran de una manera o de otra. Nosotros tenemos que construir nuestro futuro, que no está determinado por el pasado. Las sociedades que miran demasiado al pasado tienen poca confianza en su futuro. No se trata de deseñar la historia, se trata de ponerla en su lugar. Y su lugar es de ayuda a la comprensión y realización de nuestro futuro. No guía y fundamento. El pensamiento más tradicional piensa que 'nuestro futuro es el origen'. Pobres de nosotros si seguimos por ahí.
Decir que la política de Matas está 'en perfecta sintonía con nuestro pasado' parece una historieta para niños. Si estamos 'en perfecta sintonía' estamos reproduciendo el pasado. Esto no es posible, afortunadamente. Pero, además, no es deseable. Lo deseable es adaptarse, inteligentemente, a las circunstancias de los nuevos tiempos. Pero la adaptación tiene un límite, el respeto por los derechos humanos. Solamente los miserables pueden adaptarse a la indignidad, lo que ha sucedido más de una vez.
SEGUNDO.
'Determinista no, pero en cualquier caso abierto al precedente y a la lógica de la situación. ¿Precedente cuál? Pues el de siglos y siglos de historia y de relaciones con la vecina Cataluña. Nuestros vecinos catalanes siempre nos han tomado como su ámbito natural de expansión. ¿Qué vamos a hacerle? Es así y no demos más vueltas'.
Alejémonos, pues, del determinismo. Estamos de acuerdo. Pero ¿qué es 'abierto al precedente y a la lógica de la situación'? Ya he dicho que el precedente, entendido como siglos de historia y de relaciones con la vecina Cataluña, es interpretable. Para empezar, no me parece adecuado usar 'precedente'. Los precedentes jurídicos (muchos más precisos que los siglos de historia, la que sea) no sólo son interpretables, sino que no siempre se siguen. Como bien sabe Román, en un sistema jurisprudencial (como, por ejemplo, el anglosajón) ciertas decisiones judiciales, en sus aspectos esenciales, constituyen derecho. Es decir, su 'ratio decidendi', frente a los elementos no esenciales, llamados 'obiter dicta'. Pues bien, incluso en los precedentes judiciales, el principio 'stare decisis' (es decir, atenerse a lo decidido) no se aplica siempre. ¿Por qué? Porque el Derecho iría por un lado y la realidad social por otro. Por eso hay (de vez en cuando), cambio justificado. Por eso, no siempre se sigue el principio 'stare decisis'. Conclusión. Si esto es así con los precedentes judiciales, con mayor motivo, tiene que aplicarse a los 'precedentes' históricos. De ahí que tenga poco sentido decir que una determinada actuación (la de Matas o de otro político) es 'la que toca', dadas nuestras relaciones seculares con Cataluña. Hay que interpretar y justificar, a la luz de las circunstancias actuales.
En cuanto a que los catalanes nos han tomado por su ámbito natural de expansión, diré lo siguiente: los expansionistas no son 'los catalanes' sino un sector, el que tiene aires expansionistas. Pero es un error considerar a 'los catalanes' como clones de un mismo rebaño. Afortunadamente hay diversos tipos de catalanes. Por un lado, tenemos, por ejemplo, a Albert Boadella. Por otro, por ejemplo, Carod Rovira. Estoy convencido de que el primero no es expansionista. Y si hablamos de políticos, tampoco lo era Tarradellas. En cambio, sí lo es Carod-Rovira y otros como él. No hay que generalizar. Además ¿cómo se pueden tener buenas relaciones con vecinos que quieren engullirte? Román debería tener presente que no todos los mallorquines somos partidarios de la gimnasia de bajada de pantalones. La relaciones de 'buena vecindad' deben basarse en la reciprocidad y el mutuo respeto. Si esta no fuera nuestra 'idiosincrasia' debería serlo. Y la educación ha de servir para algo. Para algo bueno quiero decir. No para repetir, embobados, el pasado.
TERCERO.
'El precedente y la 'lógica de la situación' siguen mandando. Hace bien Matas en seguir la historia de la buena vecindad. No hay que soltar amarras. Debemos ser los primeros en saber lo que allá se cuece, aunque sea una 'euroregión', que no es poco. Hace trescientos años, cuando a requerimiento de los catalanes, nos metimos en la guerra de Sucesión, enviamos a una Barcelona exhausta, un convoy con armas y víveres ¡Cosas de buena vecindad! Pero no olvidamos remitirles la factura de lo 'generosamente' enviado'.
Ya he comentado, muy por encima, el 'precedente'. Diré algo sobre la 'lógica situacional'. Sus requisitos son los siguientes: 1) El comportamiento humano que llamamos 'acción', obedece a intenciones que son entendibles a la luz de situaciones en que se producen; 2) Las acciones humanas responden a motivaciones, entre las que debemos incluir, pasiones, intereses, creencias e intenciones. En este análisis situacional los niveles micro y macro, se entrecruzan. Es decir, interaccionan los sujetos dotados de conciencia pero lo hacen, a su vez, como miembros de organizaciones, instituciones, profesiones, etcétera. Todo esto nos permite ver la enorme complejidad de la 'lógica situacional'. Así pues, nada de simplificaciones. Finalmente, cobrar por los servicios prestados, es propio de un intercambio entre iguales. Esto es lo que debe hacer Matas. No porque en el pasado algunos mallorquines hayan hecho o dejado de hacer, sino porque la reciprocidad es una exigencia de justicia entre iguales. El que tenga 'complejo catalán', que vaya a un ambulatorio.
Sebastián Urbina.
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