Los alemanes abandonan su país ante la avalancha de refugiados.
S.T. (La Gaceta)
"Una
pareja heterosexual, con hijos y que no profesa el islam no interesa a
nadie", ha denunciado una ciudadana de Múnich que no quiere seguir
sufriendo las consecuencias de la política migratoria de Angela Merkel y
se plantea abandonar la ciudad.
La masiva llegada de refugiados al país bávaro ha obligado a miles de alemanes a abandonar su patria. Es el caso de una mujer casada y con dos hijos que se ha planteado la posibilidad de huir de Múnich porque, lamenta, "una pareja heterosexual, casada y con dos hijos, con trabajo, sin discapacidades y que no profesa el islam no despierta el interés de nadie".
Así se ha pronunciado esta madre alemana en una carta dirigida al alcalde de Múnich, Dieter Reiter, y difundida el pasado 21 de octubre por el diario Tageszeitung.
La mujer, de 35 años, relata cómo una mañana acudió a un desayuno de mujeres organizado por el Ayuntamiento de la ciudad. Allí, recuerda, "me reúno con unas seis u ocho madres, algunas con sus hijos. Todas ellas llevaban velo y ninguna hablaba alemán.
Los organizadores del evento me informaron enseguida de que probablemente me resultaría difícil integrarme allí (¡con esas exactas palabras!). Debí señalar que yo era alemana. Hablo alemán con fluidez y no llevo velo".
Denuncia en la misiva -también recogida por el Instituto Gatestone- que no pudo hablar en alemán con nadie y que nadie tenía interés en hacerlo, a pesar de que el objetivo de ese encuentro era promover la integración.
"Después pregunté sobre el almuerzo con las familias y me avisaron de que se haría en salas separadas: los hombres por un lado y las mujeres por otro. Al principio pensé que era una broma, pero por desgracia no lo era", lamenta.
La masiva llegada de refugiados al país bávaro ha obligado a miles de alemanes a abandonar su patria. Es el caso de una mujer casada y con dos hijos que se ha planteado la posibilidad de huir de Múnich porque, lamenta, "una pareja heterosexual, casada y con dos hijos, con trabajo, sin discapacidades y que no profesa el islam no despierta el interés de nadie".
Así se ha pronunciado esta madre alemana en una carta dirigida al alcalde de Múnich, Dieter Reiter, y difundida el pasado 21 de octubre por el diario Tageszeitung.
La mujer, de 35 años, relata cómo una mañana acudió a un desayuno de mujeres organizado por el Ayuntamiento de la ciudad. Allí, recuerda, "me reúno con unas seis u ocho madres, algunas con sus hijos. Todas ellas llevaban velo y ninguna hablaba alemán.
Los organizadores del evento me informaron enseguida de que probablemente me resultaría difícil integrarme allí (¡con esas exactas palabras!). Debí señalar que yo era alemana. Hablo alemán con fluidez y no llevo velo".
Denuncia en la misiva -también recogida por el Instituto Gatestone- que no pudo hablar en alemán con nadie y que nadie tenía interés en hacerlo, a pesar de que el objetivo de ese encuentro era promover la integración.
"Después pregunté sobre el almuerzo con las familias y me avisaron de que se haría en salas separadas: los hombres por un lado y las mujeres por otro. Al principio pensé que era una broma, pero por desgracia no lo era", lamenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario