(Hay que ser muy sectario para no darse cuenta de la deriva autoritaria de este gobierno y del apoyo que recibe de la 'canalla mediática',-para no parecerlo- especialmente La Sexta, la Cuatro, TVE, etc.
Es un momento extremadamente importante.
¿Por qué? Porque si los españoles se comportan como plebe, no reaccionarán con dignidad democrática, y seguirán votando a esta peligrosa cuadrilla. Y se dejarán manipular por las televisiones del régimen. Y les parecerá bien que la oposición calle. Y tragará las mentiras y medias verdades del gobierno.
Esperemos que el pueblo español no haya desparecido. O el futuro de España es muy negro.
PD. El autoritarismo del gobierno socialcomunista no debería ser excusa suficiente para la Guardia Civil. Si quiere seguir teniendo el respeto de la mayoría de españoles.)
EL GENERAL DESCUBRE AL GOBIERNO.
La explicación más deseable a la desafortunada afirmación del general José Manuel Santiago, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, durante la ruega de prensa de ayer es que, en efecto, cometió un error.
El general Santiago afirmó que la Benemérita combatía los bulos para «minimizar ese clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno». Decimos que el lapsus es la explicación más deseable, porque así la Guardia Civil quedaría al margen de la creciente amenaza que representa el Ejecutivo social-comunista para las libertades públicas, especialmente las de expresión e información.
Sin embargo, hay dos motivos para considerar que el general ha expresado con sinceridad castrense, y sin ánimo partidista, lo que en el Gobierno de Sánchez es una consigna para frenar su descrédito imparable.
Por un lado, el aparato de propaganda de Moncloa, con su presidente y ministros al frente, lleva semanas reclamando silencio a la oposición y a los medios de comunicación independientes como gesto de lealtad frente a la pandemia.
La crítica a la gestión del Gobierno es reprochada con los peores adjetivos por los portavoces del propio Ejecutivo y de los partidos que lo sustentan. Socialistas y comunistas no dejan de denunciar discursos de odio como coartada para señalar al discrepantes, pero su propia denuncia ha mutado en un discurso incívico y antidemocrático, porque vinculan el control parlamentario, la libertad de prensa y la crítica pública a actos de carroñería oportunista, entre otros insultos de similar catadura.
Por otro lado, el Gobierno ha trasladado esa táctica de silenciamiento y deslegitimación del discrepante a las instituciones parlamentarias y del Estado de Derecho. La pregunta del CIS de Tezanos ya daba pistas sobre tal propósito censor. El Congreso ha estado silenciado para que solo sirviera de ventrílocuo del Gobierno y sus decretos, hasta que la presión de la oposición ha obligado a Batet a reabrirlo. La Moncloa acogió las ruedas de prensa más insultantes que se recuerdan. Las denuncias en Fiscalía contra bulos en las redes han servido de montura para atacar a la oposición y medios de comunicación críticos, mientras el Portal de Transparencia restringe información sobre contratación pública.
Santiago fue preciso en la formulación de su respuesta, eligió sus palabras y construyó una afirmación sin fisuras. Nada personal. Interior ha desmentido al jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil y calificado su respuesta como un error.
Pero si fue un error o un exceso de sinceridad es algo que debe aclararlo en el Parlamento el responsable de Interior, Grande-Marlaska. El verdadero problema es que lo dicho por el general suena coherente y alineado con la dinámica antidemocrática del Gobierno. Con dolor lo decimos: dejen en paz a la Guardia Civil, que lleva 175 años al servicio del pueblo español, no de una sigla.
(Edit.ABC/20/4/2020.)
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