SIGAN APLAUDIENDO

SIGAN APLAUDIENDO.


Nuestra democracia se desmorona. Los medios de comunicación, al servicio del Gobierno salvo honrosas excepciones, ocultan la realidad. Ocultan los muertos. 

Hace tiempo pensaba que Pedro Sánchez tenía tal dominio de las televisiones que podría matar a alguien y no importaría, seguiría siendo presidente. Bueno, pues es responsable de la muerte de miles y no sólo sigue ahí, sino que además aún hay gente que se indigna y hasta te insulta cuando te atreves a criticarle.


Pero apoyar el error continuo y la incompetencia permanente me parece no sólo una equivocación, sino que incluso nos haría corresponsables de las consecuencias. Así que me permitirán que siga opinando libremente, y a quien no le guste, que no me lea.


El Gobierno actuó tarde: despreció los dos meses que nos concedió el aviso (también tardío) de China y la OMS, como desperdició las semanas de advertencia ya imposible de pasar por alto del caso italiano. Dejó que Madrid cerrara colegios y universidades, anunció el estado de alarma antes de imponerlo, y así permitió que estudiantes y madrileños en general esparcieran la epidemia por toda España.


 El 14 de marzo por fin decretó el estado de alarma y el confinamiento. Ese retraso en la adopción de medidas ha costado miles de muertes, mucho sufrimiento a millones de personas, y miles de millones de euros.


Frente a esto se alegan varios argumentos. El primero, que no podía saberse y que juzgamos con un ‘sesgo retrospectivo’: que a posteriori es muy fácil criticar, porque ahora tenemos más información. Este argumento cae por su propio peso por lo dicho: China, Italia y otros casos nos avisaban de lo que venía, además de diversos avisos de organizaciones internacionales anteriores a marzo.


Otro argumento que se opone es que otros países de nuestro entorno lo están llevando más o menos igual que nosotros. Y es cierto que otros han caído en el mismo error: Boris Johnson ha sufrido personalmente las consecuencias de su dilación; Trump tampoco parece haber acertado; Macron se empeñó en celebrar unas elecciones absurdas. 


Pero esto no exime a nuestro Gobierno: cada cual tendrá que responder por sus acciones y omisiones ante sus ciudadanos. Por otro lado, hay muchos Gobiernos que han respondido bien hasta el momento: Austria, Dinamarca, Suecia, Corea del Sur, Portugal, Grecia -estos últimos ponen de manifiesto que supuestos ‘recortes’ no tienen nada que ver- y un largo etcétera.


El otro error del Gobierno en la gestión sanitaria es quizás aún más grave, porque ya no se trata de una decisión puntual que se demora más o menos, sino de la gestión continuada de la crisis. A pesar del poder casi absoluto que se le ha concedido durante un mes, el Gobierno ha sido incapaz de asegurar el suministro de materiales de protección y tests. Ha tenido la tecnología y toda nuestra capacidad productiva para conseguirlo. Tenemos empresas que fabrican tests y que han asegurado que pueden incrementar la producción a voluntad.

 Pero no se ha querido dar la orden. El Gobierno ha pretendido centralizar compras y no ha hecho más que el ridículo. Tampoco se agilizan los ensayos clínicos de posibles tratamientos, como el Aplidin, que espera autorización desde el 2 de abril.


Si el fracaso sanitario se evidencia en nuestra tasa de muertes por millón de habitantes, la mayor del mundo con 380 fallecidos por millón (y eso que las cifras oficiales están en cuestión), el fracaso económico empieza a asomar en forma de paro, y diversos organismos hablan ya de una caída del PIB de España entre el 5 y el 20%, algo nunca visto, y que será aún mayor en Baleares. Las escasas medidas adoptadas por el Gobierno son insuficientes y mal diseñadas.


Para colmo, se empieza a relajar el confinamiento antes de tiempo. Nos estamos adelantando hasta a Italia. La OMS publicó el 13 de abril algunos criterios al respecto:

1- Transmisión controlada.
2- Capacidad amplia de testeo.
3- Minimizar riesgo de contagio en centros sanitarios y residencias.
4- Medidas preventivas implantadas en escuelas, empresas y otros lugares esenciales.
5- Riesgo de importación del virus controlado.
6- Concienciación plena de la sociedad.


Juzguen Uds. si cumplimos estos criterios, y si no, no se sorprendan si hay un rebrote y volvemos a empezar.
Todo en orden, sigan aplaudiendo.

(Gabriel Le Senne/MallocaDiario/16/4/2020.)