ENFERMEDADES POLITICAS Y OTRAS REFLEXIONES

"Enfermedades políticas y otras reflexiones", la nueva recopilación de artículos de Sebastián Urbina en mallorcadiario

Por Rafa Cosano

 

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Sebastián Urbina presenta su última obra, Enfermedades políticas y otras reflexiones, un libro que recoge un total de 69 artículos publicados en mallorcadiario.com. Siendo el ámbito político el protagonista de esta obra, el autor brinda al público una serie de críticas sobre diversos temas, apelando directamente al lector acerca de sus reflexiones.

Urbina defiende que "los jóvenes universitarios de las más destacadas universidades de Estados Unidos, y de otros países, son los 'Savonarolas' del siglo XXI. Estos alumnos se dedican a juzgar a los hombres blancos de hoy por lo que hicieron los de ayer." Añade también que gracias a dichos actos y pensamientos se promueven humillaciones, descalificaciones, actos violentos y criminalizan al discrepante. El autor culmina con la siguiente pregunta: "¿qué harían estas turbas universitarias -que se califican como 'progresistas'- si tuvieran el poder político en sus manos?".

Savonarola (1452/1498) fue un religioso dominico que persiguió a los homosexuales, las bebidas alcohólicas, el juego, la ropa indecente y los cosméticos. Ordenó a la policía que buscara por la ciudad cualquier cosa que permitiera vanidad o el pecado, como las tablas de juego, libros eróticos, peinetas, espejos, perfumes, cosméticos y ropa indecente, que fueron confiscados por la policía y quemados en la 'hoguera de las vanidades'. El autor compara a Savonarola con los jóvenes estudiosos de muchas universidades debido a la mentalidad que comparten, "camuflada bajo un manto de ideologías y creencias progresistas".

Sebastián Urbina intenta denunciar con este libro "el violento y peligroso fanatismo, que se ha desarrollado principalmente en las universidades", y que se ha expandido a muchos otros ámbitos. "Las Universidades deberían ser lugares de estudio, reflexión, pluralismo, tolerancia y debate abierto. Pero no lo son." argumenta el escritor.

Finalmente añade una última consideración: "Las universidades exigen que el hombre blanco occidental se sienta avergonzado de serlo. No haga caso. No acepte un falso diálogo en el que usted es, desde el principio, un apestado."