(Lo políticamente correcto no me interesa. Lo desprecio. Y a los que viven de eso, también. Que los hay a montones y montonas.
Pero no acepto lo políticamente incorrecto por el hecho de ser políticamente incorrecto. Esto sería demasiado estúpido.
La estupidez fanática la dejo para la culturilla dominante y sus apologetas, que controlan la mayoría de los medios de comunicación/manipulación. Y sistema educativo.
En todo caso, me cae simpática E. Vilar porque ha tenido el valor de enfrentarse a las falanges fanatizadas del progreso progresista. Y, por cierto, vale muchísimo más que las Montero, Belarra, Pam Pam y cuadrilla. Incluidos los feministos.)
Ella, por otra parte, fue siempre consciente del poder de la controversia tanto de su pluma como de su lengua.
"Es un libro muy grosero. Es blanco y negro. Quise que así fuera. De lo contrario, nadie habría escuchado. No me interesa la revolución. No quiero cambiar todas las reglas; la gente debe encontrar sus propias soluciones.
Sólo quería concienciar de que son los hombres los que están esclavizados, no las mujeres", dijo al New York Times.
(Esther Vilar/ElMundo/29/10/2023.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario