SUBVERTIR
Trastornar o alterar algo, especialmente el orden establecido.
Cómo Pedro Sánchez y Carles Puigdemont subvierten la democracia
Pedro Sánchez y Carlos Puigdemont abrazan el patrón del populismo a la manera iberoamericana que define y radiografía el ensayista e historiador mexicano Enrique Krauze en el trabajo Decálogo del populismo (2005): exaltación del líder, uso y abuso –secuestro, incluso– de la palabra, fabricación de la verdad, utilización de modo discrecional y en beneficio propio de los fondos públicos, reparto de ayudas a cambio de obediencia y votos, aliento del odio, movilización permanente, fustigación por sistema del «enemigo» y desprecio del orden legal al tiempo que se mina, domina, domestica o cancela las instituciones de la democracia liberal.
En definitiva, un populismo que, «por añadidura tiene una naturaleza perversamente 'moderada' o 'provisional': no termina por ser plenamente dictatorial ni totalitario; por eso alimenta sin cesar la engañosa ilusión de un futuro mejor, enmascara los desastres que provoca, posterga el examen objetivo de sus actos, doblega la crítica, adultera la verdad, adormece, corrompe y degrada el espíritu público».
(Miguel Porta Perales/El Debate/6/7/2024.)
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