(Cuando tu país lo preside el jefe de una banda.)
Un Sánchez que tiene como idioma primero la mentira y encabeza una manga de ladrones resulta hoy menos creíble que un proscrito como Aldama en una España que, de no ser por la labor resistente de la Justicia, ya se habría disgregado en esos reinos de ladrones que refiere San Agustín en “La ciudad de Dios”.
(Francisco Rosell/VozPopuli/25/11/2024.)
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