(Puedo entender que a Arcadi Espada no le guste Vox, y lo que Vox dice. Pero no entiendo que si un partido propone modificaciones constitucionales, siguiendo los procedimientos democráticos establecidos en la propia Constitución, sea un partido inconstitucional.
No he oído, ni leído, ninguna declaración de los dirigentes de Vox, atacando a los derechos humanos, o la democracia. Nunca he leído que rechacen las elecciones libres y periódicas y el pluralismo político.
Dado todo lo anterior, no comprendo que les llame 'partido inconstitucional'. Y no es ecuánime cuando lo compara con Podemos.
Los partidos separatistas son ilegales en Francia, Alemania o Portugal.¿No son países democráticos?)
VOX Y ARCADI ESPADA.
UN PROGRAMA EXQUISITO.
Cuánto daría yo por ser el columnista exquisito de centro centro que diseña mi querido FJL en su columna de ayer. Ese columnista, bien sûr -sea dicho en la lengua exquisita-, que no se pone sistemáticamente a cubierto, equidistante, en el centro del segmento sino, orgullosa y precisamente, en el centro de todas las dianas. No lo soy, pero aspiro, y ya veréis todos cuando crezca.
Sí, Vox populi es un partido inconstitucional. Estuvo bien que acudiera a Alsasua. Pero yo no dejo de considerar que el Papa de Roma sea un majadero porque esté como yo en contra de la guerra y a favor de la paz en el mundo. Vox populi quiere acabar con el régimen del 78 como quiere hacerlo la Podemia. Propone que el Estado español vuelva a ser un Estado unitario, con un solo Gobierno y un solo Parlamento. Propone la ilegalización de partidos en función de los objetivos políticos que tengan. Propone la deportación de inmigrantes que hayan reincidido en leves delitos.
Propone la exclusión de la enseñanza del Islam en la escuela pública. El programa de Vox populi no tiene desperdicio como siempre sucede cuando todo es desperdicio. Incluso comparte con la izquierda las políticas de identidad, por más que sean otros los sujetos. Para Vox populi, por ejemplo, los inmigrantes hispanoamericanos, que privilegiará en esa política de cuotas, ¡por origen!, que se propone establecer. O las víctimas del Síndrome de Down, que no considera víctimas de una enfermedad sino personas con una particular manera de ser y sobre las que proyecta una de las mentiras más innobles que habré leído en un programa político: "Y amparándoles [a esos enfermos] ante la persecución que sufren por parte de quienes se han propuesto exterminarles".
Vox populi no aspira a reformar la Constitución como en su día quisieron hacer otros partidos, UPyD por mejor ejemplo. Vox populi quiere una nueva Constitución y un nuevo régimen. Como lo quieren la Podemia y el independentismo que sostienen al gobierno Sánchez. Todo ese aquelarre de la política es hoy el frente inconstitucional español. La apelación exculpatoria al supuesto patriotismo de Vox populi tiene poco sentido. Incluso Pablo Iglesias se considera un patriota; y podría haberlo sido de haber tenido algo de inteligencia estratégica.
Un importante mandato democrático, y de la pura inteligencia, obliga a no utilizar jamás argumentos ad hominem. De ahí que sea ineficaz e inmoral trazar cinturones higiénicos en torno a Vox populi por lo que es. A ese partido nacionalpopulista hay que tratarlo por lo que dice, y con eso basta y sobre todo sobra.
(Comentario de un lector.)
Es que lo que Ud. piensa no es lo que pienso yo o lo que
VOX ha incluido en programa, por cierto, propuestas de muchos sentido común.
Ello no hace que yo y VOX seamos anticonstitucionales y Ud.
constitucionalísimo. Acostúmbrese que su ideología no es superior a las
ideologías de los demás, siempre que respeten los derechos humanos y las leyes,
y que no tiene superioridad moral alguna Ud. por pensar como lo hace Ud. o por
apellidarse Espada, que los demás también tenemos apellidos. Acostúmbrese que
podemos pensar distinto y con la misma legalidad y legitimidad de hacerlo, en
España respetando la Constitución de 1978 y sus procedimientos de reforma para
modificar cualquier artículo o o todos, porque la Constitución no es un Libro
Sagrado. Al final siempre seremos los españoles quienes aprobemos los cambios
en base a la soberanía nacional. Ello es la base de la democracia que Ud.
debería conocer. La Constitución es de todos, no solo suya.
ElMundo/8/11/2018/Zagal2/comentario lector)
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