(Dentro de la dramática gravedad de todo este repulsivo proceso, destaca la criminal desvergüenza de los políticos y partidos que siguen apoyando a los golpistas.
Recordemos, golpistas contra un gobierno democrático. A esta gentuza se le trata con papel de fumar.
¿Por qué no se hizo lo mismo con el golpista Tejero? Resulta que hay golpistas buenos y golpistas malos. ¡Qué asco!)
INTOLERABLE ABUSO DE DERECHO.
El intento de los políticos presos electos de ampararse en la
inmunidad parlamentaria para pedir la suspensión del juicio del 1-O
constituye otro desafío al Estado de derecho y un nuevo intento de
sortear sus responsabilidades penales.
Oriol Junqueras, Raül Romeva,
Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull quieren que el Tribunal Supremo
pida permiso al Congreso y al Senado para poder seguir juzgándoles por
el proceso soberanista. De esta forma, tratan de retorcer los fines para los que el legislador concibió la figura jurídica del suplicatorio.
Se trata de un abuso de derecho cuyo único objetivo es embarrar la
celebración de la vista oral que juzga a los dirigentes independentistas
por delitos de rebelión, sedición, malversación y organización
criminal.
En el escrito presentado por sus abogados ante la Sala
de lo Penal del Alto Tribunal, los cinco políticos catalanes, electos en
las elecciones del 28 de abril para ocupar escaños en las dos cámaras
parlamentarias -cuatro diputados y un senador-, solicitan elevar un
suplicatorio a los presidentes del Congreso y del Senado para que
autoricen seguir celebrando el juicio al tratarse de futuros
parlamentarios.
Los acusados alegan que quieren asistir a la primera
sesión del Pleno del Congreso, el próximo 21 de mayo, para prestar
juramento "de acatar la Constitución". Esta petición supone un
ejercicio de hipocresía y una burla en toda regla teniendo en cuenta que
están siendo juzgados, precisamente, por promover el referéndum ilegal
del 1-O, prohibido por el Tribunal Constitucional.
El artículo
71 de la Constitución, en aras de garantizar la representación política,
contempla que los parlamentarios no podrán ser inculpados ni procesados
sin el permiso de la Cámara. Sin embargo, no cabe aplicar esta prerrogativa a los políticos independentistas. Primero, porque los hechos por los que son juzgados son anteriores a la elección de parlamentarios. Y, segundo, porque el proceso ya ha superado la fase de instrucción y procesamiento.
Los privilegios de diputados y senadores son privilegios, no derechos
fundamentales.
Y, además, lo son de interpretación restrictiva en la
medida que cumplen una función: impedir maniobras para limitar la
actividad política de los electos. Lo que pretenden los dirigentes
secesionistas es usar de forma escandalosa la inmunidad parlamentaria.
Hay que subrayar, por tanto, el disparate que supone que los líderes separatistas exijan la suspensión del juicio.
Una cosa es solicitar la libertad y, por tanto, el levantamiento de la
prisión preventiva, y otra incurrir en un flagrante abuso de derecho.
Sorprende que aquellos partidos que, a lomos del populismo, han hecho
bandera electoral de la eliminación de privilegios a los parlamentarios,
ahora guarden silencio ante la espuria maniobra de los políticos procesados por el golpe independentista del procés.
(Edit.ElMundo/9/5/2019.)
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