MALDITOS PROGRES.
Hoy te traigo una historia de maltrato, una de las peores y más destructivas
formas de maltrato infantil.
Te traigo
la historia de cómo el sistema público de educación fuerza a los niños, a los chicos, a que
dejen de comportarse como varones.
Enseguida te cuento las desastrosas consecuencias que esto tiene
sobre el crecimiento de los niños, pero primero déjame que te presente a la
torturadora jefe, Isabel Trías, directora del colegio público de Barcelona
donde prohiben los
juegos que les gustan a los niños: han prohibido los balones.
Todos.
Prohibido jugar con pelotas porque eso agrede a las niñas.
La pista donde los niños jugaban al fútbol y al baloncesto ha sido declarada ilegal.
Esta es la declaración de la maltratadora Isabel
Trías:
“Hemos colonizado
la pista.”
Para impedir que los niños puedan jugar clandestinamente con
pelotas fabricadas con papeles o cualquier otra cosa propia de otros tiempos,
se ha llenado la pista prohibida con maderos y troncos.
Y no contenta con ello, la perturbada dirección del
colegio ha decretado que los
bocatas son el enemigo público número 2 (el 1 es el
balón), para que los niños abandonen sus salvajes costumbres y almuercen como
mandan los cánones
veganos.
El periódico oficial del “progresismo” ensalza la abolición de
la pista de juego en nombre de no sé qué género (hay ya tantos que me lío):
“Ese trozo de cemento es uno de los símbolos de la lucha de este
colegio por implantar su propio modelo de escuela, en el que no hay asignaturas
y los niños no almuerzan bocadillos, sino fruta y frutos secos.”
Así que ni los niños, ni las niñas tienen asignaturas,
porque eso es muy poco cool.
Y por supuesto, nada de educación física. Además el orden, la
competitividad, el esfuerzo, la lucha por mejorar y el espíritu de superación
desaparecen:
“La
disciplina, el orden y el esfuerzo ya no son las premisas, la
gente sigue teniendo esa idea de la asignatura pero es un prejuicio anticuado
(...) Les enseñan juegos cooperativos en los que el fin último no es ganar
(...) Ya sabemos qué tipo de actitudes generan los deportes como el
fútbol, los niños juegan por un lado e invaden gran parte del espacio y las
niñas, por otro.”
El centro tiene sometidos a 480 alumnos. No tengo datos acerca
de cuántos de ellos son repugnantes niños violentos, futboleros y futuros
machistas, y cuántas niñas, futuras víctimas asesinadas por sus hoy compañeros
de clase.
“La pelota está asociada a juegos competitivos que, además,
generan un consumismo en los niños [por la compra de camisetas de los equipos y
balones oficiales]. Es como las pantallas, tapan otras realidades."
Varios colegios públicos están considerando seguir este modelo castrador de identidades
masculinas. Y no es casualidad que esta, digamos, “corriente
pedagógica”, secuela de un ecofeminismo pestilente, esté entrando por Cataluña,
el lugar donde hay más
antisistema de toda España:
“Es un cambio radical que lleva años instalándose en los
colegios, ya no se ve el cuerpo como una máquina que hay que mantener en forma.
Ahora se practica la expresión corporal mediante la danza o los malabares.” (El colegio público que ha desterrado
la pelota)
Las administraciones públicas y los profesionales de la
enseñanza están adquiriendo una responsabilidad inmensa poniendo en marcha
estos experimentos, fruto de una seudoideología más
destructiva que una secta.
Este es el diagnóstico que hace María Calvo, una de
las especialistas mundiales de referencia en el ámbito educativo, con
respecto a estos experimentos con seres humanos:
·
El sistema educativo actual devalúa la masculinidad. Los planes de
igualdad en las escuelas niegan
unas características propias a los varones.
·
Existe una hiperrepresentación de los valores femeninos en la
sociedad y en la escuela que cuestiona la forma de ser y actuar de los
muchachos y pretende obligarles
a actuar según pautas de comportamiento típicamente femeninas.
·
En las últimas décadas se han impuesto una serie de tendencias
pedagógicas en las que cualquier
manifestación de masculinidad se interpreta como una forma de violencia o
agresividad que debe ser corregida de inmediato.
En La masculinidad robada se explica con asombrosa claridad, sencillez, amenidad y profusión de datos estadísticos, médicos, clínicos y científicos, el proceso de destrucción de la masculinidad mediante el procedimiento de impedir que los niños lleguen a ser hombres, con el argumento de fondo de que si llegan a serlo, maltratarán a las mujeres.
(Actuall/14/5/2019.)
LAS VERDADERAS VÍCTIMAS DE LAS LEYES DE GÉNERO.
Los afectados por la sinestra ley sobre violencia de género se cuentan por millares, con casos realmente escolfriantes como el de este periodista del diario El Mundo, cuya hija acabó secuestrada por su ex pareja siguiendo los consejos recibidos en el polémico chiringuito feminista denominado Infancia Libre.
La presidenta de la asociación fue detenida a comienzos de abril por haber secuestrado a su hijo y mantenerlo oculto en condiciones infrahumanas. Ahora conocemos este caso similar protagonizado por otra integrante de dicha asociación, entrevistada en su día con todos los honores por la prensa podemita para que vertiera todo tipo de insultos y acusaciones contra la verdadera víctima de este caso: su ex marido.
En el partido de Pablo Iglesias han cerrado filas en torno a este tipo de entidades, financiadas mayoritariamente con dinero público para que extiendan la ideología de género entre la sociedad.
Ni siquiera la existencia de estos casos auténticamente aberrantes, protagonizados por las dirigentes de la asociación, va a hacer que Podemos deje de pedirles asesoramiento como voces autorizadas en materia de abusos infantiles.
Pero los ultraizquierdistas bolivarianos son consecuentes con su agenda política, que utiliza a las organizaciones feministas como ariete para desestabilizar a la sociedad. También en el PSOE, aunque con menor entusiasmo, respaldan a los miles de asociaciones ultrafeministas que depredan el presupuesto público con el pretexto de luchar contra la violencia de género, cuando en realidad utilizan el dolor de las víctimas reales del maltrato doméstico para engordar sus finanzas y promocionar su visión ultrasectaria de las relaciones entre el hombre y la mujer.
Lo que resulta lamentable es que PP y Cs, que en otro tiempo denunciaron los abusos propiciados por estas leyes discriminatorias, callen ante el incesante goteo de escándalos surgidos al socaire de unas leyes, que otorgan a estas asociaciones y sus dirigentes hiperideologizados el poder de destruir las vidas de miles de hombres como estamos viendo.
La igualdad de todos ante la ley, principio fundamental del Estado de Derecho y pilar de las sociedades democráticas, no puede pervertirse para que la izquierda imponga con mayor facilidad su agenda política.
Eso es lo que hace la ideología de género, principal ariete del marxismo cultural, que debería ser erradicada de nuestra legislación con el acuerdo de los partidos que realmente estén dispuestos a defender la libertad individual.
(Edit.ld/14/5/2019.)
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