(Si usted dice que no se ha enterado, o es tonto, o es un impresentable mentiroso.
El catalanismo fascistoide atropella- desde hace mucho tiempo- los derechos lingüísticos de los castellanohablantes, con el apoyo, o el silencio culpable, de la gran mayoría de políticos.)
"Manipulación ideológica" en el libro de catalán más usado en las aulas de Baleares
Los alumnos de 1º de Bachillerato de Baleares aprenden en clase de catalán consignas nacionalistas
como que el uso del castellano es algo negativo, que la repoblación de
su tierra y la de Valencia se hizo «exclusivamente» con antepasados
catalanes, o que el nacionalismo catalán, una corriente política del
siglo XIX, ya existía cuatro siglos antes en la Edad Media.
Tales alteraciones históricas no tienen otro objetivo que «identificar a Baleares con Cataluña» y «afirmar el 'espíritu nacional' de los territorios de habla catalana», concluye un informe encargado por Ciudadanos Baleares sobre el libro de texto de Lengua Catalana y Literatura de 1º de Bachillerato de la editorial Anaya.El manual se usa en al menos 23 de los 82 centros educativos que imparten ESO y Bachillerato y, por tanto, es el manual más extendido en los institutos de las Islas.
La mayoría de las «alteraciones históricas» se ubican en las páginas iniciales de cada unidad didáctica, donde viene el contexto histórico, lingüístico y literario. Unas alteraciones que no son simples errores sino «manipulaciones históricas», alerta este estudio, que constata un «deseo de manipulación ideológica» en la parte inicial de cada unidad didáctica, si bien no se detecta adoctrinamiento en los apartados gramaticales.
Hay varios patrones que se usan reiteradamente en este manual, según el estudio de Ciudadanos. El primero consiste en «aumentar» y «engrandecer» histórica y políticamente a Cataluña «mediante sustituciones lingüísticas injustificadas, que convierten lo menor en mayor». Así, por ejemplo, el condado de Barcelona se convierte en condados catalanes; los condados se convierten en Cataluña; los condes de Barcelona se convierten en reyes, y la Corona de Aragón se convierte en la confederación catalanoaragonesa. De este modo, a lo largo de los capítulos, «se sustenta la ficción de una monarquía catalana, manteniendo la cadena de reyes numerados como reyes catalanes -con un número menos- y no como aragoneses».
Otro patrón recurrente es «limitar el contexto histórico de Baleares exclusivamente al ámbito catalán», evitando los siglos de dominio musulmán y todo lo referido a la Corona de Aragón ajeno a Cataluña, Valencia y Mallorca.
También se minusvalora la presencia de otras lenguas en Baleares, como el árabe en la Edad Media y el castellano; y se traslada el origen del «concepto romántico del espíritu nacional» a la Edad Media, «inventando cantares de gesta escritos en catalán de los que no existe ningún texto».
Otra perversión hallada es el que referencia al avance del castellano en Cataluña, Valencia y Mallorca como algo «negativo», o cuando se afirma taxativamente que la repoblación de Baleares y Valencia llevada a cabo por cristianos de diferentes reinos se convierte en una repoblación «exclusivamente catalana». El analista considera que así se «pretende dar un carácter nacional y nacionalista a la conquista de Valencia y Mallorca, cuando está demostrado que participó gente de muy diversa procedencia».
No
es casual tampoco que se intente establecer una relación causa-efecto
sobre las decisiones políticas y la «marginación» del catalán. La
entronización de la dinastía Trastámara en el siglo XV se considera
causa de la decadencia de esta lengua y «se inventa» prohibiciones del uso del catalán en la Constitución de Cádiz.
Mención especial merecen las numerosas referencias a los Decretos de Nueva Planta, «culpables» de prohibir el catalán, a pesar de que ninguna disposición de los mismos lo indica, «ni siquiera el artículo 4 del Decreto de Cataluña, que indica que se usará el castellano en los asuntos de la Real Audiencia, que se sustanciaban en latín, no en catalán», recuerda el autor de este análisis, el profesor de secundaria y filólogo Julián Ruiz-Bravo.
Ruiz-Bravo, quien lidera la asociación de docentes PLIS. Educación, por favor en defensa de una escuela libre de politización, realizó este trabajo encomendado por Ciudadanos Baleares. El partido de Xavier Pericay lo movió, coincidiendo con el polémico informe de Alta Inspección Educativa sobre adoctrinamiento en los libros de texto. Este estudio previo fue realizado por los delegados de Educación de varias comunidades autónomas que no halló politización en el caso de Baleares y que fue ocultado por los gobiernos del PP y del PSOE, pese a que alertó de contenidos que creaban «una historia ficticia e irreal» en Cataluña.
El libro de Anaya con edición balear reúne multitud de tópicos del nacionalismo catalán. Se repiten numerosos anacronismos, por ejemplo cuando se usan términos políticos y geográficos propios del siglo XX para explicar épocas pretéritas más allá del siglo XVIII. Y llama la atención que siempre se hable de Illes (Islas), «que es como llaman los catalanistas a las Islas Baleares».
Tampoco es casual que se oculten nombres para engrandecer el ámbito lingüístico catalán. «Pocas veces aparece la Corona de Aragón y España, negando el término España a toda la época anterior al siglo XVIII».
Además, se obvian los aspectos positivos de la historia común desde los Reyes Católicos y se ofrece a los alumnos una visión parcial y sesgada al «evitar cuidadosamente el contexto histórico de la Corona de Aragón en la que los condados catalanes se integran» con el objetivo de unirla únicamente al contexto histórico catalán.
Las páginas 11, 12 y 13 son una «evidente y monumental manipulación histórica que desemboca en una ficción histórica», sentencia el informe, en referencia a la acumulación de alteraciones que siempre apuntan a la misma dirección: «convertir Cataluña en una unidad política desde siempre». Se pone de relieve el relato histórico fundacional de Cataluña de corte nacionalista, remontando el origen de Cataluña al siglo IX, «cuando ni el nombre ni la entidad de Cataluña existían, y engrandeciendo territorialmente a la Casa de Barcelona para convertirla en un reino confederado con la Corona de Aragón».
En
ese afán de grandeza y «para fortalecer este carácter nacional», se
engrandecen las posesiones en un mapa del siglo XV en el contexto de los
siglos XIII y XIV incorporando toda Grecia a la Corona de Aragón, cuando sólo fueron posesiones de la Corona el ducado de Atenas y Neopatria (ver imagen).
En un ejercicio en la página 55 se pide a los chavales que razonen por qué Desclot quiere fomentar el espíritu nacional. «Una mera pregunta retórica», apunta el crítico.
El informe encargado por Ciudadanos ha sido entregado a la Conselleria de Educación, en un escrito donde reclama la retirada de este libro de la programación de los centros. Alerta de que estas alteraciones suponen una grave infracción del deber de adecuación al rigor científico exigido por la LOE, y al deber de que los empleados públicos ejercer sus funciones con neutralidad e imparcialidad.
Tales alteraciones históricas no tienen otro objetivo que «identificar a Baleares con Cataluña» y «afirmar el 'espíritu nacional' de los territorios de habla catalana», concluye un informe encargado por Ciudadanos Baleares sobre el libro de texto de Lengua Catalana y Literatura de 1º de Bachillerato de la editorial Anaya.El manual se usa en al menos 23 de los 82 centros educativos que imparten ESO y Bachillerato y, por tanto, es el manual más extendido en los institutos de las Islas.
La mayoría de las «alteraciones históricas» se ubican en las páginas iniciales de cada unidad didáctica, donde viene el contexto histórico, lingüístico y literario. Unas alteraciones que no son simples errores sino «manipulaciones históricas», alerta este estudio, que constata un «deseo de manipulación ideológica» en la parte inicial de cada unidad didáctica, si bien no se detecta adoctrinamiento en los apartados gramaticales.
Hay varios patrones que se usan reiteradamente en este manual, según el estudio de Ciudadanos. El primero consiste en «aumentar» y «engrandecer» histórica y políticamente a Cataluña «mediante sustituciones lingüísticas injustificadas, que convierten lo menor en mayor». Así, por ejemplo, el condado de Barcelona se convierte en condados catalanes; los condados se convierten en Cataluña; los condes de Barcelona se convierten en reyes, y la Corona de Aragón se convierte en la confederación catalanoaragonesa. De este modo, a lo largo de los capítulos, «se sustenta la ficción de una monarquía catalana, manteniendo la cadena de reyes numerados como reyes catalanes -con un número menos- y no como aragoneses».
Otro patrón recurrente es «limitar el contexto histórico de Baleares exclusivamente al ámbito catalán», evitando los siglos de dominio musulmán y todo lo referido a la Corona de Aragón ajeno a Cataluña, Valencia y Mallorca.
También se minusvalora la presencia de otras lenguas en Baleares, como el árabe en la Edad Media y el castellano; y se traslada el origen del «concepto romántico del espíritu nacional» a la Edad Media, «inventando cantares de gesta escritos en catalán de los que no existe ningún texto».
Otra perversión hallada es el que referencia al avance del castellano en Cataluña, Valencia y Mallorca como algo «negativo», o cuando se afirma taxativamente que la repoblación de Baleares y Valencia llevada a cabo por cristianos de diferentes reinos se convierte en una repoblación «exclusivamente catalana». El analista considera que así se «pretende dar un carácter nacional y nacionalista a la conquista de Valencia y Mallorca, cuando está demostrado que participó gente de muy diversa procedencia».
Mención especial merecen las numerosas referencias a los Decretos de Nueva Planta, «culpables» de prohibir el catalán, a pesar de que ninguna disposición de los mismos lo indica, «ni siquiera el artículo 4 del Decreto de Cataluña, que indica que se usará el castellano en los asuntos de la Real Audiencia, que se sustanciaban en latín, no en catalán», recuerda el autor de este análisis, el profesor de secundaria y filólogo Julián Ruiz-Bravo.
Ruiz-Bravo, quien lidera la asociación de docentes PLIS. Educación, por favor en defensa de una escuela libre de politización, realizó este trabajo encomendado por Ciudadanos Baleares. El partido de Xavier Pericay lo movió, coincidiendo con el polémico informe de Alta Inspección Educativa sobre adoctrinamiento en los libros de texto. Este estudio previo fue realizado por los delegados de Educación de varias comunidades autónomas que no halló politización en el caso de Baleares y que fue ocultado por los gobiernos del PP y del PSOE, pese a que alertó de contenidos que creaban «una historia ficticia e irreal» en Cataluña.
El libro de Anaya con edición balear reúne multitud de tópicos del nacionalismo catalán. Se repiten numerosos anacronismos, por ejemplo cuando se usan términos políticos y geográficos propios del siglo XX para explicar épocas pretéritas más allá del siglo XVIII. Y llama la atención que siempre se hable de Illes (Islas), «que es como llaman los catalanistas a las Islas Baleares».
Tampoco es casual que se oculten nombres para engrandecer el ámbito lingüístico catalán. «Pocas veces aparece la Corona de Aragón y España, negando el término España a toda la época anterior al siglo XVIII».
Además, se obvian los aspectos positivos de la historia común desde los Reyes Católicos y se ofrece a los alumnos una visión parcial y sesgada al «evitar cuidadosamente el contexto histórico de la Corona de Aragón en la que los condados catalanes se integran» con el objetivo de unirla únicamente al contexto histórico catalán.
Las páginas 11, 12 y 13 son una «evidente y monumental manipulación histórica que desemboca en una ficción histórica», sentencia el informe, en referencia a la acumulación de alteraciones que siempre apuntan a la misma dirección: «convertir Cataluña en una unidad política desde siempre». Se pone de relieve el relato histórico fundacional de Cataluña de corte nacionalista, remontando el origen de Cataluña al siglo IX, «cuando ni el nombre ni la entidad de Cataluña existían, y engrandeciendo territorialmente a la Casa de Barcelona para convertirla en un reino confederado con la Corona de Aragón».
En un ejercicio en la página 55 se pide a los chavales que razonen por qué Desclot quiere fomentar el espíritu nacional. «Una mera pregunta retórica», apunta el crítico.
El informe encargado por Ciudadanos ha sido entregado a la Conselleria de Educación, en un escrito donde reclama la retirada de este libro de la programación de los centros. Alerta de que estas alteraciones suponen una grave infracción del deber de adecuación al rigor científico exigido por la LOE, y al deber de que los empleados públicos ejercer sus funciones con neutralidad e imparcialidad.
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