SAINETE INFUMABLE.
Como estaba previsto tras las declaraciones de los dirigentes de Ciudadanos a lo largo de la mañana, la Asamblea regional de Murcia ha rechazado por segunda vez la investidura de Fernando López Miras como presidente autonómico.
Los equipos negociadores se reunieron en los despachos del grupo popular en el Parlamento murciano a primera hora de la mañana. Por primera vez, Ciudadanos aceptaba sentarse a hablar en una mesa con presencia de Vox. Teodoro García, que llegó a Murcia la tarde anterior, tenía muy claro que esa era la clave para un entendimiento. Por eso, la ruptura del cordón sanitario decretado por Rivera hacía pensar en un cambio de estrategia del partido naranja que podría facilitar la investidura de López Miras en la votación de la tarde.
Pero el optimismo duró muy poco. Exactamente hasta que en la sede central de Ciudadanos llegaron noticias de ese encuentro de PP y Vox con Miguel Garaulet, diputado en el Congreso por Murcia y responsable de su comité negociador. Inmediatamente, desde la Ejecutiva de Ciudadanos desautorizaron a su representante asegurando que si estaba ahí sería para tomar un café, porque en los planes del partido de Rivera no entra, ni por asomo, mantener el más mínimo contacto con los de Abascal.
El acuerdo de los tres partidos en ese momento era del 95%, incluido el espinoso tema de la legislación LGTBI, el casus belli que había venido utilizando Cs en los últimos días para justificar su boicot a los de Abascal.
El estrambote de este sainete lamentable lo puso por la tarde una llamada telefónica de José Manuel Villegas a Abascal, cuando los diputados ya estaban en el Pleno para comenzar la votación. Según fuentes de la dirección de Vox en Murcia, el secretario general de Ciudadanos aceptaba pactar, pero antes tenían que votar a favor de su Gobierno de coalición con el PP. La imposibilidad de avisar a los diputados y lo impropio de un ofrecimiento de esas características, cuando habían estado negociando durante cinco horas ese mismo día, hicieron que Vox mantuviera su posición y se negara a otorgar su apoyo a un Gobierno de coalición PP-Cs presidido por López Miras, con lo que la segunda y definitiva votación del proceso de investidura acabó nuevamente en fiasco.
El portavoz de Vox aseguró en su intervención previa a la votación que habría un Gobierno de centro-derecha. A tenor de los últimos movimientos de unos y otros, no debería haber problemas para alcanzar ese acuerdo de gobernabilidad, en el que Vox estaría dispuesto a renunciar a entrar en el Gobierno regional, como exigía al principio. El camino quedaría así expedito para que la próxima semana se convocara una nueva sesión de investidura, con los mismos protagonistas pero esta vez con un acuerdo ya firmado en el cajón.
Las únicas dos alternativas restantes son una sesión de investidura a favor del candidato del PSOE o la disolución del Parlamento murciano el 2 de septiembre y la convocatoria de nuevas elecciones.
Lo diabólico de la aritmética parlamentaria surgida de las elecciones del 26-M hace que el candidato socialista no pueda alcanzar la investidura por mayoría simple con la abstención de Ciudadanos, porque la suma PP-Vox (20) supera en un voto la de PSOE-Podemos (19). Para que el PSOE gane el Gobierno murciano es necesario, por tanto, el voto a favor de Ciudadanos.
El problema para el partido naranja es que ha anunciado repetidas veces que no pactará con candidatos sanchistas, y el del PSOE murciano lo es. En grado sumo. Diego Conesa, secretario general de los socialistas y aspirante a la presidencia autonómica, fue sin ir más lejos el único barón autonómico que celebró con entusiasmo la idea de Sánchez de contratar un relator para el conflicto catalán.
Su posición vacilante en la defensa de los trasvases de agua a la cuenca del Segura y su silencio ante los ataques del Gobierno socialista en este asunto refuerzan la imagen de Conesa como un personaje que pone la lealtad a Sánchez por encima de cualquier otra consideración.
En todo caso, el presidente del Parlamento murciano, de Ciudadanos, retomará la ronda de contactos con las cinco fuerzas políticas para proponer un nuevo candidato a la investidura. Si el pronóstico del portavoz de Vox se confirma, podríamos tener una nueva sesión de investidura del candidato popular la semana próxima. Pero esta vez, con resultado favorable. De lo contrario, Murcia podría estar abocada a repetir las elecciones en otoño.
(Pablo Molina/5/7/2019.)
COPE- HERRERA.
Durante el día parecía que se abría la posibilidad de acuerdo porque Ciudadanos, efectivamente, se sentó en la misma mesa que Vox, que es lo que Vox reclamaba. Parecía que el acuerdo estaba cerca. Vox, incluso, había renunciado a la exigencia de derogar la ley regional LGTBI y se conformaba con la libertad de elección de centro educativo, bajar los impuestos a las empresas y familias, apoyo a la maternidad, apoyo a la cultura regional... Cosas muy sensatas”, ha comenzado adelantando Herrera.
Quitándole importancia y trascendencia. Seguramente porque eso no lo dice Girauta. Porque a Girauta no se le ocurren esas cosas porque conozco bien a Girauta. Seguramente Rivera se lo dijo. Seguramente Rivera dijo: “Quiero salvarme de alguna manera”. Bueno, pues el sector más cafetero de Vox dijo: “Pues me alegro mucho de saludarte”. Y se levantó de la mesa”, ha continuado explicando el comunicador.
“No me digan ustedes que hacerle perder a la gente el tiempo con la administración de las cosas por un “quítame allá este café” o “yo no me reúno con este”, ¿no es de inmadurez?. Oiga, esto es tiempo de amateurs. Y nos estamos jugando los cuartos con amateurs...”, ha terminado sentenciando Herrera.
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