miércoles, 14 de diciembre de 2022

EL FRACASO DEL MULTICULTURALISMO

 

El fracaso del multiculturalismo

Por Sebastián Urbina

Los disturbios de Bélgica (victoria de fútbol de Marruecos) como expresión del fracaso del multiculturalismo en Europa. Deberíamos considerar que, de no ser capaces de consolidar nuestros propios bienes e identidad, necesariamente estaremos abocados, a la larga, a un conflicto de grandes dimensiones. (El Debate/5/12/2022.)

¿Qué es el multiculturalismo? Algunas respuestas habituales son las siguientes:

‘Coexistencia de diferentes culturas en una sociedad o país’. O bien, ‘doctrina norteamericana que pone en duda la hegemonía cultural de los grupos blancos dirigentes respecto de las minorías’.

Toda persona con sensibilidad y respeto hacia los demás tenderá a ver con simpatía esta corriente política y cultural, porque defiende la coexistencia entre culturas.

Empecemos por la primera frase: ‘El multiculturalismo defiende la coexistencia de diferentes culturas en una sociedad o país’. Si añadimos esta segunda: ‘doctrina norteamericana que pone en duda la hegemonía cultural de los grupos blancos dirigentes respecto de las minorías’, nos daremos cuenta de que no se trata de cualquier tipo de coexistencia. Se trata de una coexistencia entre iguales.

El siguiente paso es de carácter fáctico. No se trata de opinar sobre el multiculturalismo sino de cuáles han sido sus resultados prácticos. En Alemania, durante mucho tiempo se impuso un veto no escrito para no tratar críticamente el problema del multiculturalismo. ¿Por qué?

Por la presión del pensamiento ‘políticamente correcto’. En España pasa algo parecido. Veamos otro ejemplo de pensamiento ‘políticamente correcto’.

El que fue ministro de Economía del presidente Zapatero, Miguel Sebastián, el 6 de abril de 2008, escribió, en Mercados de El Mundo, el artículo ‘España no se rompe’. En él se reía de la idea, por lo visto ‘de derechas’, de que España se rompe. Pero, ha habido una declaración de independencia en el Parlamento catalán y un golpe de Estado catalanista en 2017. Pedro Sánchez indultó a los golpistas y luego los convirtió en sus socios de gobierno. Democráticamente repugnante. Y gran visión del ‘políticamente correcto’ Miguel Sebastián.

¿Por qué ha pasado tanto tiempo en reconocer- sólo algunos- el grave peligro representado por los separatistas antiespañoles, antes ‘nacionalistas periféricos’?

Por lo mismo. Recordemos que, a finales del mes de noviembre de 2015, la alcaldesa de Madrid, la señora Carmena, dijo públicamente que le preocupaba el nacionalismo español porque era ‘facha’. Literal.

Sigamos con lo ‘políticamente correcto’ y el multiculturalismo. Esta vez en Alemania. En 2010, el economista Thilo Sarrazin, un político alemán miembro del SPD, que fue senador de finanzas por el Estado de Berlín y miembro de la Junta Directiva del Deutsche Bundesbank, se atrevió a publicar un libro, ‘Alemania se desintegra’, que fue un éxito de ventas. ¿De qué hablaba? El fracaso del proceso de integración de las comunidades de origen musulmán.

También fracasado en Francia y en el Reino Unido, pero ahora la pregunta es ¿a qué se debe este fracaso? Se debe a la idea multiculturalista de que todas las culturas son iguales y merecen el mismo respeto. Esta errónea y peligrosa idea está vinculada al relativismo. ¿Qué dice el relativismo?

Un ejemplo. Para algunos, sajar el clítoris a las niñas, ahorcar a los homosexuales, o cortar las manos a los ladrones, es ‘natural’. ¿Debemos aceptar estas conductas como ‘moralmente aceptables’? Los progresistas dicen que ‘todo es igualmente respetable’ porque todo es relativo.

La idea del relativismo normativo, es que todas las tradiciones son igualmente respetables desde un punto de vista moral. Lo que ha hecho creer a millones de personas, y a la mayoría de políticos, que lo realmente guay es respetar todas las culturas por igual. Hagan lo que hagan.

¿Cuál ha sido la consecuencia? Respetar que se sajara el clítoris a las niñas, se las obligara a casarse con adultos, y un largo etcétera de salvajadas. Y se ha permitido que se crearan guetos en los que los ‘jefes’ imponen normas antidemocráticas a los miembros de su grupo.

El último ejemplo- entre cientos- lo tenemos en el barrio de Bruselas, Molenbeek, en pleno centro de la ciudad. El ministro del Interior belga, Jan Jambon, anunció abiertamente que se iba a implicar de forma personal en la rehabilitación de esta zona, donde reconoce que las instituciones han perdido el control.

¿Qué significa que han ‘perdido el control’? Que ni los no musulmanes, ni la propia policía belga entran en el barrio. Esto es un gueto. Se imponen las leyes y costumbres de procedencia y no rigen las leyes democráticas belgas. ¿Quién sufre esta imposición antidemocrática? Principalmente los más débiles. Niños y mujeres. Por cierto, sigue el gueto a pesar de las palabras del ministro.

En vez de defender la libertad y dignidad de las personas de carne y hueso, los gobiernos europeos, erróneamente, defienden la igualdad de las comunidades culturales. La consecuencia es que, en algunas de ellas, se viola la libertad y la dignidad de las personas. Silencio progresista.

Partido España/Marruecos. Los hijos de los inmigrantes dicen: ‘Somos españoles, pero vamos con Marruecos’. O sea, tenemos los documentos acreditativos de ser españoles, pero nuestro corazón está con Marruecos. En caso de conflicto ¿con quién irían? Caballo de Troya.

La izquierda, mintiendo, su gran especialidad. ‘El periodista de izquierda (Jordi Évole) asegura que la victoria (fútbol) del país vecino no ha provocado ningún incidente, pero los datos de las Fuerzas de Seguridad dicen todo lo contrario’.



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