Francina Armengol, la presidenta del Congreso –lo que supera en gravedad la presidencia de una comunidad autónoma- hasta la fecha no ha sido capaz de aclarar, tras una rueda de prensa esperpéntica en la que sólo in dubio pro reo se puede abogar por su inocencia, con quién habló, de quién recibió el consejo o más aún, si existió una orden de concertar la compra de 1,4 millones de mascarillas a una empresa desconocida a cambio de 3,7 millones y mediante una adjudicación que la Guardia Civil consideró ilegal y preconcebida.
Y miren por dónde, aunque luego las mascarillas resultaron inservibles, el Govern emitió un certificado de calidad y, sólo, ¡sólo!, reclamó su devolución el ultimo día de su penosa andadura cuando iba a desalojar el poder.
(Gaspar Sabater/26/3/2024/OkBaleares.)
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