La mujer —el plural no existe en este caso— ha resultado ser en nuestras sociedades occidentales, dice Prallong, un colectivo víctima cuyas dirigentes exigen ingeniería social estatal y la reeducación del hombre —tampoco hay plural—.
No importa que la igualdad legal entre sexos sea absoluta. Siempre se buscan nuevas afrentas que demuestran, al entender de las victimizadas, que la opresión continúa, que existen «techos de cristal», que hay «micromachismos».
No es solo una cuestión del lenguaje, sino, incluso, de la expresión corporal, de lo que se dice u omite, hace o ignora. Hay gente que vive de estar buscando agravios para alimentar el victimismo del colectivo de la mujer.
(Jorge Wilches/24/8/2024/The Objective.)
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