Así lo cree el historiador Michael Burleigh, de 53 años, que ha sido investigador de las universidades de Oxford y Cardiff y de la London School of Economics, que con ocasión de la publicación de su libro, ‘Sangre y rabia’, en el que repasa la trayectoria cultural del terrorismo, afirma que los islamistas odian nuestros valores y por ello atentan contra nosotros, Irak o Afganistán son una disculpa, los atentados de las Torres Gemelas del 11-S se produjeron sin “invasión” alguna de EE.UU. en un país musulmán.
“Odian nuestros valores. Les aterra la modernidad. Los yihadistas buscan el choque de civilizaciones. Esa idea de que lo que no aceptan es la política exterior occidental es una tontería. Lo que no aceptan es que una chica joven vaya a bailar a una discoteca y se tome unas copas. Lo que quieren en realidad es volar por la aires a esas jovencitas que bailan y toman copas”.
El multiculturalismo es peligroso y la Alianza de Civilizaciones una tontería
La esencia de la multiculturalidad es basar la identidad en un agravio, reduce la identidad individual, que es compleja, a un solo elemento, la condición de víctima. Es muy peligroso porque anima a los musulmanes a considerarse víctimas y a alentar su discurso de la queja, que alimenta el terrorismo. Hay que ser intolerante con los intolerantes. La tolerancia multicultural de las sociedades europeas ayuda a los terroristas, afirma el historiador británico.
Y sobre la Alianza de Civilizaciones de Zapatero opina que es “una soberana tontería. Lo que me parece interesante es la Unión Mediterránea de Sarkozy, porque si se sienta a los sirios, los argelinos y los israelíes para hablar de problemas prácticos es cuando se progresa. Yo ahora estoy escribiendo sobre la piratería en Somalia. Muchos de los marineros retenidos son de Pakistán, Indonesia y otros países musulmanes, y los occidentales con sus poderosas armadas pueden ayudarlos a volver a casa. Creo en los enfoques prácticos. No sabe cuánto mejoró la imagen de Estados Unidos cuando prestó ayuda tras el tsunami.” Menos predicar y más dar trigo que decimos por España.
1 comentario:
No creo que el personal islamista nos odie de primera mano. Al ser una cultura muy manejable, sus dirigentes son los que alientan estos pensamientos, por diversas razones.
FERNANDO SANTAYANA
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