SUSAN BLACKMORE Y LA LIBERTAD.
Esta psicóloga dice, en su libro, 'Conciousness, An Introduction (Oxford
University Press, 2003):
'La conciencia no existe. Sólo hay un cuerpo
moviéndose y haciendo cosas'.
Y añade:
'Porque considero que si crees que tienes libre voluntad, tienes una
idea falsa de lo que significa actuar y lo que significa decidir y lo
que significa tener responsabilidad. Nuestra sociedad está
fundamentada sobre la idea de la libre voluntad, y castigamos a las
personas de manera horrible por cosas que hacen, asumiendo que tienen
libre voluntad en algún sentido tradicional que habla del poder que
tiene su mente consciente de decidir...' 'Debemos desarrollar y
utilizar y apreciar y disfrutar de nuestro deseo de ser buenos, para
poder ser mejores'.
Es habitual distinguir entre el 'mal natural' (o daño natural) y el
'mal moral' (o daño moral). Un ejemplo del primero sería un terremoto,
con sus secuelas de destrucción y muerte. Un ejemplo del segundo sería
un campo de concentración, con sus torturas y asesinatos. El primer mal no es de tipo moral, porque nada tiene que ver con la libertad. El segundo, el mal moral, lo es porque sí tiene que ver con la libertad.
Lo que la sra. Blackmore propone es equiparar ambos tipos de males porque, en ninguno de los dos tipos, la libertad estaría presente. Sigamos su razonamiento. Supongamos que una de mis lectoras es violada, lo que espero que no suceda.
Pues bien, de acuerdo con la sra. Blackmore, no habría justificación para
castigar al violador. Lo mismo sucedería con los ladrones y los
asesinos. Y lo mismo sucedería con Hitler y Stalin. ¿Quiere usted
vivir en este tipo de sociedad?
Yo creo que, aunque quisiera, no podría. Se trataría de la 'ley de la
selva', no de una sociedad organizada. Es decir, lo que los progres
dicen del capitalismo. Salvaje, por supuesto. Pero esto es una auténtica idiotez. Lo que no es una idiotez, sino una pesadilla, es pensar que podemos 'vivir' (no solamente sobrevivir) en algo que llamamos 'sociedad', sin tener interiorizados algunos conceptos básicos, como 'bueno' y 'malo', entre otros.
Por otra parte, me parece incomprensible, además de absurdo, hablar de
'seres humanos físicos que quieren ser buenos'. Una realidad material
(ser humano físico) no se convierte en moral (ser buenos) por arte de
magia. Una masa de huesos, carne, sangre, etcétera, no tiene, sin más, conciencia moral. Si la expresión 'seres humanos físicos’, se refiere a una realidad material (como parece claro), se tendría que dar un salto (o un paso) no lógico entre este hecho (una realidad material) y un deber moral, el de 'ser bueno'.
Hace tiempo que el filósofo David Hume nos recordaba que no podemos derivar lógicamente un 'debe' (por ejemplo, ser bueno) de un 'es' (un hecho, como el de ser blanco o negro, hombre o mujer, etcétera). O sea, derivar la exigencia de ‘ser bueno’ (en sentido moral) a partir de una realidad material, como un ser humano físico.
Da vergüenza recordar que un conjunto de carne y huesos y una estructura nerviosa, no puede ser ni 'bueno', ni 'malo', en sentido moral. Cuando un tigre devora un indefenso cervatillo no está cometiendo ninguna inmoralidad. Otra cosa es que un ser humano adulto, por ejemplo, torture o asesine a una persona.
¿De dónde sale el deber moral? De la propia evolución de la especie
humana. Es la única especie en la que ha aparecido un nivel emergente
moral. Lo que no significa que salga de la nada. Sólo significa que no
es idéntico a la actividad física humana, como ir al water, estornudar o ir en bicicleta. No hay 'pura' materia, ni hay 'puro' espíritu. Recordemos los
niveles emergentes de los que hablaba F. Mora: físico, orgánico,
social y cultural. Que podríamos ejemplificar, respectivamente, en células, organismos, estructuras sociales y, finalmente, sistemas jurídicos, económicos, obras de arte, etcétera. En este último nivel cultural, emergería la dimensión moral, típica de la especie humana.
Así como los simpáticos osos hormigueros no tienen conciencia moral, los seres humanos la tienen. Lo que incluye a tipos como Hitler o Stalin. Si no fueran posibles tales monstruos, no habría libertad para hacer el mal. En todo caso, con la conciencia moral se han desarrollado conceptos básicos como, 'libertad', 'responsabilidad', 'obligación', etcétera. No podemos entender la sociedad, nuestras instituciones, ni a nosotros mismos, sin estos (y otros) conceptos básicos. Que no son externos a nosotros. Al contrario, forman parte de nosotros mismos. Hasta tal punto que, si los perdiéramos, ya no seríamos como somos. Seríamos otra cosa diferente. Y la sociedad también.
Sebastián Urbina.
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