miércoles, 20 de julio de 2022

LA VIDA DE LOS OTROS (2)

 

La vida de los otros (2)

Por Sebastián Urbina

Hay un socialista decente, en la película. Uno. Es muy difícil ser decente en el paraíso comunista. Este único ejemplar decente, es el capitán de la Stasi, Wiesler. Un comunista convencido que llega a darse cuenta de la corrupción de sus jefes. Por eso esconde una máquina de escribir que hubiera servido para meter en la cárcel al famoso escritor (Dreyman, en la película) que, al fin había despertado de su sueño ideológico.

Escribió un duro artículo contra el Estado socialista que se había entregado (en secreto) a una revista de Alemania Occidental. El policía decente paga muy cara esta entrega. Por eso había tan poca gente decente entre los socialistas alemanes del paraíso comunista. El que no obedecía era un ‘agente al servicio del imperialismo’. Lo peor. Un facha.

¿Cómo es posible tanta barbarie como la que puede verse en la película? Porque hay gentes que son perfeccionistas sociales, algo muy diferente del perfeccionismo individual. El perfeccionismo social conduce al totalitarismo. Pero muchos no aprenden. ¡Hay tanta burricie!

Hay gentes, que ya no pueden soportar por más tiempo la injusticia y la opresión del mundo real (capitalista, occidental, por supuesto), y se lanzan de cabeza a la sociedad ideal. Es decir, imponen la utopía, el paraíso comunista. En España, tenemos el ejemplo de Pablo Iglesias y cuadrilla de comunistas puestos al día. Apoyados por el mentiroso, Pedro Sánchez. Afortunadamente, Iglesias no llegó a tener poder suficiente para arrodillarnos a todos. Aunque, todavía tenemos que soportar al peronista Sánchez, capaz de cualquier infamia. Por desgracia, no exagero. Julio 2022. ¡Despierta Mariano, quiero decir, Alberto!

El resultado siempre es un fracaso total. Pobreza, sufrimiento y muerte, física y del espíritu. Y, por supuesto, la culpa es de los demás. La derecha, el capitalismo, los ricos…

¿Aprenden la lección? ¿Piden excusas? Nada de nada. Se trata, dicen ellos, de una incorrecta aplicación de la ‘’verdadera doctrina’’. Siguen igual de fanáticos. Lo volverán a intentar, si pueden. Se parecen a los nacionalistas identitarios catalanes. Mientras haya burros de dos patas que les crean, seguirán. Por tanto, son un peligro para la libertad y la democracia. Por desgracia, en España mucha gente no lo ha aprendido. Dicen que el peligro para la democracia es Vox.

Por cierto, Alemania Oriental (1984), tenía la segunda tasa de suicidios más alta de Europa. El número uno lo ostentaba otro paraíso comunista, Hungría. Éxitos del socialismo realmente existente. No podían resistir tanta felicidad.

Todo esto sucedió en 1984. ¿Qué piensan los comunistas de hoy?

Paco Frutos, que fue presidente del PCE, declaró en 2009: ‘No celebraré la caída del Muro de Berlín. Demagogias, las justas. ‘Cuatro farsantes celebran la caída del Muro’.

Por si fuera poco, en una entrevista a El País, arremetía contra el capitalismo, al que culpaba del fracaso del “modelo novedoso” que suponía la URSS.

No muy lejos se situaba Julio Anguita.

A la pregunta de ¿Qué es ser comunista hoy en día?, responde lo siguiente: “Apostar por otra sociedad en la que se pase del reino de la necesidad al de la libertad. Para mí ser comunista hoy es trabajar continuamente para subvertir la actual sociedad con un horizonte, el cumplimiento de la solemne declaración de derechos humanos que incluye derechos sociales para los 6.300 millones de habitantes del planeta, y eso no lo resiste el sistema económico actual’.

Mi comunismo, aparte de ser una especie de nostalgia por una sociedad que todavía no es, es un imperativo a luchar continuamente por cambiar la actual. En eso soy absolutamente fiel a Marx”.

¡Qué bonito! Pues si es tan fiel a Marx le recordaremos esto: ‘El arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas’, en la Crítica de la filosofía del Derecho de Hegel.

Dos breves consideraciones a la declaración de Anguita:

‘Subvertir’ la sociedad actual puede hacerse por las buenas o por las malas. Si no basta por las buenas, los comunistas (y compañeros de viaje) nunca han tenido problemas para utilizar la violencia. Que es, dicen ellos, ‘la partera de la historia’. Siempre que la violencia sea la suya, es buena. Si es de los otros, es malísima

La segunda consideración, es la ceguera que provoca el sectarismo ideológico. Anguita dice que el capitalismo es incompatible con la ampliación de los derechos humanos y sociales a todas las personas del planeta. El que esté interesado en comprobar que Anguita va mal encaminado, puede leer, entre otros, ‘En defensa del capitalismo global’ de Johan Norberg, en el que muestra, con cifras, el avance, en bienestar de los países que se han incorporado a la economía de mercado. Y comparar esta situación con los países que han mantenido y mantienen sistemas de intervencionismo estatal. Datos en mano, no hay color. Aunque el fanatismo puede más.

Y, para terminar, otra perla comunista.

José Luis Centella, elegido nuevo secretario general del PCE, en sustitución de Paco Frutos, dijo, en noviembre de 2009: ‘No tenemos que pedir perdón por nada’.

O sea, no tienen vergüenza. Y si pudieran, repetirían.

El libro negro del comunismo, dirigido por Stéphane Courtois y cinco historiadores más, del CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica), ha mostrado que pesan sobre las espaldas del comunismo más de 90 millones de muertos. Sin embargo, ¿Para qué pedir perdón por ser responsables de más de 90 millones de muertos? Bastan las buenas intenciones. Siempre que sean de izquierdas.

Última Hora.

La izquierda exige a Sánchez el control de los medios de comunicación.

O sea, como en los países comunistas.

Bildu emplaza a Sánchez a "romper" con la dictadura y se ofrece a "democratizar" el Estado.

Es decir, los herederos de ETA llaman ‘dictadura’ a nuestra democracia. Y nos dirán cómo conseguirla.

¿Despierta, Alberto? ¿Bastará el meapilas centro centrado para hacer frente a esta gentuza? Pregúntale a Rosa Díez.

Rosa Díez: "El Gobierno está en manos de un loco cada vez más peligroso según se acerca su final’’.

Sólo un irresponsable se lo tomaría a broma.

 

(MallorcaDiario.com)

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