miércoles, 13 de diciembre de 2023

ESCANDALIZADOS

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LOS QUE AMNISTÍAN A LOS GOLPISTAS SE ESCANDALIZAN CON ABASCAL.

No le falta razón ni resulta exagerado Alberto Nuñez Feijóo al considerar al pleno de toma en consideración de la ley de amnistía celebrado este martes en el Congreso como la sesión parlamentaria "más triste desde el 23-F". Es más, podríamos decir que el líder de la oposición hasta se ha quedado corto, pues no reviste la misma gravedad una intentona fugaz de subvertir el orden constitucional por parte de un puñado de militares que nunca contaron con complicidad alguna ni del gobierno ni de ninguna formación de la oposición, que un golpe de Estado institucionalizado y promovido por el gobierno mediante una inconstitucional ley de amnistía que erradica la separación de poderes y borra la igualdad de los españoles ante la ley al dictado de unas formaciones golpistas cuyos dirigentes o están prófugos de la Justicia o han sido condenados por delitos de sedición y malversación.

Aun así, Feijóo ha llevado a cabo una brillante y contundente denuncia de lo que constituye uno de los más lesivos golpes legislativos a los fundamentos de la democracia liberal que se haya perpetrado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Además de denunciar oportunamente el atentado que esta privilegiada e inconstitucional amnistía conlleva para la igualdad ante la ley de todos los españoles y de burla al Poder Judicial, Feijóo ha destacado su carácter de "corrupción política" al ser la confesa contrapartida que exigían los golpistas a cambio de su apoyo a la investidura de Sánchez.

Y, como bien se ha preguntado el líder de la oposición, si permitimos que este Gobierno dicte que culpables son inocentes, "¿qué le impediría mañana declarar que inocentes son culpables?". A este respecto conviene señalar cómo la formación del golpista prófugo Carles Puigdemont ya señala como objetivos por "lawfare" a jueces como Marchena, a coroneles como De los Cobos o a periodistas como Ana Rosa Quintana.

 

En cuanto a Patxi López, representante del gobierno a la hora de defender la amnistía dada la espantada de Pedro Sánchez, podríamos evocar aquellas palabras de la madre del político socialista asesinado por ETA Joseba Pagazaurtundua en las que le aseguró: "Patxi, dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre".

Sin embargo, oyendo a López defender las bondades y la legitimidad de una amnistía que los propios socialistas consideraban nociva y radicalmente inconstitucional hasta hace nada, más que helar la sangre ha causado sonrojo y vergüenza ajena. Especialmente cuando ha manifestado que esta amnistía "siembra la esperanza", insuperable desfachatez si tenemos en cuenta que la única esperanza que ha sembrado, tal y como han manifestado sus socios separatistas, es la de celebrar una nueva consulta separatista en Cataluña.

Finalmente, no queremos dejarnos en el tintero las no por metafóricas menos inoportunas declaraciones de Santiago Abascal de hace unos días en las que denunciaba la falta de limites morales de Pedro Sánchez y en las que elucubraba sobre la posibilidad de que haya un momento en que "el pueblo querrá colgarlo de los pies". El hecho de que estas declaraciones hayan eclipsado el tanto de Abascal al ser invitado de excepción a la investidura del nuevo presidente argentino, o que hayan sido utilizadas arteramente por los socialistas para distraer la atención respecto de una amnistía que no respalda ni la mayor parte de su propio electorado, es muestra de su inconveniencia.

 Ahora bien. Los socialistas no tienen el menor derecho a rasgarse las vestiduras por este exceso verbal del líder de Vox, cuando Yolanda Díaz no hace tanto hablaba de guillotinar al Rey, Enrique Santiago de fusilarlo o las juventudes socialistas paseaban la cabeza de Rajoy junto a una guillotina. Eso, por no hablar de que entre los socios de investidura hay bilduetarras que jamás han condenado atentado alguno de ETA o formaciones golpistas con confesos ánimos de reincidencia como ERC o Junts.

En cualquier caso, esté tranquilo el Sr. Sánchez: no hay riesgo alguno de que la oposición democrática a su gobierno termine colgándolo de los pies. El único riesgo es que el ordenamiento constitucional quede en papel mojado.

 

(Edit.LD/12/12/2023.)

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