(¿Todavía no se ha enterado?)
Una investigación de la Audiencia Nacional relativa a los homenajes que reciben los presos de ETA cuando salen de prisión ha destapado un escándalo que afecta al Ministerio de Interior y a Bildu y que explica a la perfección cómo la formación proetarra se ha convertido en uno de los socios más fieles y estables de Pedro Sánchez. Los pactos en la sombra comienzan a aflorar.
El responsable de Prisiones, mano derecha del ministro Fernando Grande-Marlaska, mantenía una relación epistolar a través de la red social WhatsApp con el diputado de Bildu en el Parlamento vasco Julen Arzuaga y con el dirigente de Sare (colectivo de apoyo a los presos de ETA) Joseba Azkarraga, entre otras personas del entorno de ETA.
En esos menajes, que hemos conocido en su escandalosa literalidad, el Gobierno trasmitía a todos ellos información confidencial sobre su política penitenciaria, incluidos acercamientos y progresiones de grado de los presos etarras.
(Edit. esDiario/23/1/2024.)
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