¡¡¡LAS ÉLITES IMPONEN ESTO!!!
Lo que se perfila ahora es la alianza patente de las autoridades con los recién llegados contra el pueblo británico nativo, que tiene prohibido incluso el derecho al pataleo.
La prueba más reciente es la condena a 18 meses que ha correspondido a un ciudadano británico por gritar «¿quién coño es Alá?» durante una protesta frente a Downing Street, la residencia del primer ministro.
La sentencia dictada contra David Spring es el último caso en el esfuerzo por suprimir la libre expresión, al menos en lo que hace referencia al fenómeno de la inmigración ilegal y la ristra de intratables problemas que ha traído consigo.
(Carlos Esteban/La Gaceta/16/8/2024.)
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