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- (Una de las enfermedades típicas de la izquierda es la de la 'igualdad'. Porque la izquierda no se conforma con la 'igualdad ante la ley' y la 'igualdad de oportunidades'. Estas son cosas de 'la derecha'. Ellos son mejores, son moralmente superiores. Quieren la igualdad de resultados.
- Estas idioteces van empaquetadas en el papel de la demagogia. ¡Que los ricos paguen más! O sea, hay que azuzar el odio y el resentimiento contra 'los ricos'. En realidad, mienten como bellacos. Los socialistas no hicieron nada 'contra los ricos' cuando gobernaron. Es más, muchos de ellos se hicieron ricos. Y con malas artes.
- Y en los países de 'socialismo realmente existente', la igualdad de resultados (que nunca se materializó) consiguió eliminar la libertad de las personas. Y consiguió la ruina económica. Estos han sido sus grandes logros.
- Pero la LOGSE facilita la inmadurez. La niñez perpetua. ¡Papá-Estado' me lo dará todo! Por supuesto, también es mentira. Pero si gobierna la izquierda subirá los impuestos (todavía más que Rajoy) y malgastarán hasta arruinar el país.
- Ya lo han hecho. Pero muchas personas son peor que los burros. Tropiezan en la misma piedra. Y tragan los mismos discursos que azuzan los bajos instintos. ¡A la mierda la eficiencia! ¡Quiero lo mismo que el que trabaja más y mejor que yo!
- ¡Abajo los ricos!¡Todos iguales!)
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- Alfredo Pérez Rubalcaba
- 'Detrás de la "coartada" de la eficacia se esconde la desigualdad'
- Rubalcaba ha considerado que las políticas que está poniendo en marcha "la derecha" son finalmente un pretexto que atenta contra la igualdad.
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El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha
denunciado que detrás de la "gigantesca coartada" de la eficacia y la
eficiencia que dice perseguir el Gobierno de Mariano Rajoy lo que se
esconde "pura y sencillamente es la desigualdad".
Desde Albacete, donde ha participado en una jornada monográfica del PSOE dedicada a bienestar, Rubalcaba ha considerado que las políticas que está poniendo en marcha "la derecha" son finalmente un pretexto que atenta contra la igualdad. (La Gaceta)
domingo, 23 de junio de 2013
IGUALDAD: LA ENFERMEDAD DE LA IZQUIERDA
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2 comentarios:
En el hospital infantil en que yo fui médico adjunto, a principios de un año, se discutía en asamblea la subida salarial para la tropa de plantilla. Ganó la postura de la subida lineal para todo el mundo. Los de mantenimiento argumentaron que “si vosotros sois los médicos de los críos, nosotros somos los médicos de las tuberías”. Con un par. Aunque ellos no aceptarían en la vida entrar a las ocho de la mañana para salir a las catorce horas del día siguiente cada cinco días, aunque ellos no rescataran jamás de la muerte a un paciente con shock endotóxico o de membrana hialina u otras añagazas contra la vida. ¡Todos iguales!
Yo estoy con Maragall cuando dice:
(…) Esforça’t en el teu quefer
Com si de cada detall que pensis
De cada paraula que diguis
De cada peça que posis
De cada cop de martell que donis
Depengués la salvació de la humanitat.
Perque en depen, creu-ho.
Sí. Creo en la importancia, respetabilidad y trascendencia de todo tipo de trabajo bien hecho. Pero también creo que está en la naturaleza de las cosas y de las sociedades que haya una imprescindible, pero justa, jerarquización y sus consecuencias.
Por cierto, nunca he conocido, en mi ambiente, personas menos laboriosas que los sindicalistas y gente de izquierdas en general. Comenzando por la ATS representante sindical que me tocó en suerte padecer durante una temporada, a quien casi nada le correspondía hacer, y acabando por los del Laboratorio, que exhibían en su mural de anuncios a las puertas del Servicio proclamas como “Las máquinas son de la Empresa pero el trabajo es nuestro” y acabaron limitando a dos el número de extracciones diarias a su cargo. Fuera de ese horario, el médico de urgencias había de encargarse él mismo de pinchar y extraer la sangre y de llevarla en persona al Laboratorio abandonando su lugar en Urgencias. Con un par o más.
Así se comprende en parte la encarnizada oposición a la privatización sanitaria: muchos de esos vagos, si no todos, serían despedidos por ineficientes en empresas privadas.
Me gusta todo su comentario pero especialmente la última frase. ¡Qué gran verdad!
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